Icono del sitio Líder Empresarial

¿Por qué defender el TLCAN?

Desde principios de la década de 1980 México comenzó a adoptar de manera unilateral una política económica y social de apertura en la que se pretendía reducir, en la medida de lo posible, la participación del gobierno dentro de la actividad económica y fomentar la participación de nuestro país en el comercio internacional.

 

La política económica proteccionista que se había implementado en nuestro país hasta el final de la década de 1970 cambió por una política que buscaba el desarrollo económico de la nación enfocándose en el comercio y en la desregulación de la Inversión Extranjera Directa (IED). Esta transición se materializó principalmente con el proceso de reducción de tarifas arancelarias y no arancelarias en 1982, la incorporación al GATT en 1986, la reducción de restricciones en IED a las manufacturas en 1993 y finalmente se consolidó con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

 

La teoría económica sugiere que la apertura comercial tiene un impacto positivo en la economía y en el bienestar social. El teorema de las ganancias del comercio internacional postula la idea de que el consumo que conseguirían dos economías en comercio sería mayor a los niveles de consumo que habrían conseguido las dos economías bajo autarquía (considerando los mismos precios relativos).

 

David Ricardo expuso en 1817 la teoría de las ventajas comparativas, la cual explica que los países deben especializarse en aquellos bienes en los que se tenga una eficiencia relativa en su producción. Esta teoría, aún vigente dentro del estudio económico actual, ha sido analizada por diversos autores, destacando a Borkakoti, J. (1998) en su libro International trade: Causes and consequences, donde expone que dentro de la hipótesis ricardiana al haber comercio entre dos economías de diferente tamaño, habrá también una especialización incompleta para la economía grande y una completa especialización para la economía de menor tamaño.

 

En la figura 1.1 vemos que la economía pequeña (B) logra especializarse completamente dado que su oferta intersecta a la de la economía grande (A) en su propia parte curva. Por otro lado, debido a que la intersección de las dos curvas de oferta se da en la parte lineal de la curva de A (economía grande), ésta no logra una especialización completa. Este añálisis propone la idea de que el mayor beneficio se destina a la economía pequeña, quien logra total especialización al comerciar con una economía más grande.

Figura 1.1. Caso de especialización incompleta

Fuente: Borkakoti, 1998.

 

 

Por otro lado, el modelo de Heckscher-Ohlin (H-O) basa el análisis de las ventajas comparativas en la abundancia relativa de factores de producción de los países. En este sentido los países que tengan abundancia relativa en el factor trabajo (L), producirán bienes que utilicen de manera relativamente intensiva este factor.

 

De manera inversa, aquellos países con abundancia relativa en el factor capital (K) producirían los bienes que utilicen de manera relativamente intensiva este mismo factor. Según Borkakoti (1998), cuando se da dicho escenario con dos países que comercializan entre ellos y que mantienen preferencias de consumo similares, la apertura comercial llevaría a la sociedad a un nivel de bienestar social mayor al que habrían obtenido los dos países bajo el modelo de autarquía.

 

A través de un análisis simple sobre dotaciones de factores podemos observar que México presenta una abundancia relativa en fuerza laboral mayor a la que presenta Estados Unidos, con un índice de 0.889 en relación a uno de 0.301 de Estados Unidos.

 

Para el caso del capital podemos observar mediante una razón de capital por trabajador en relación al mundo, que Estados Unidos tiene un indicador mayor a México, con resultados de 3.328 contra 1.126. Siguiendo la intuición provista por el modelo H-O podríamos concluir que México presenta una ventaja comparativa en la producción de aquellos bienes que utilicen de manera relativamente intensiva el factor trabajo, mientras que Estados Unidos presenta una ventaja comparativa para los bienes que utilicen el factor capital de manera relativamente intensiva.

 

Bajo la luz de la teoría del comercio internacional, es necesario añadir a este análisis la variable del factor geográfico, donde el tamaño y la ubicación de la economía influyen también en el bienestar social y en las ganancias del comercio. En el caso de México, su cercanía con el mercado estadounidense le generaría en teoría un mayor beneficio a la hora de comerciar con dicha economía.

 

 

¿Qué sigue para el TLCAN?

El pasado martes 17 de octubre concluyó en Virginia (EE.UU.) la cuarta ronda de negociaciones del tratado, en medio de un ambiente de desacuerdos entre las tres partes. En respuesta a esto se acordó posponer la quinta ronda de negociaciones a llevarse a cabo en la Ciudad de México, con nueva fecha para el 17 de noviembre de este año. Se espera entonces una buena disposición a negociar por parte de los tres representantes con la intención de llegar a un resultado que sea favorable  para las  economías participantes. Es importante señalar que el tratado estipula dentro de sus estatutos que en caso de que alguna parte deseara abandonar el acuerdo, debe hacerlo con un previo aviso de seis meses, por lo que no es posible que tengamos un escenario de una inmediata interrupción del TLCAN.

Salir de la versión móvil