Icono del sitio Líder Empresarial

¿Realmente es irrelevante el plagio?

Cuando Aristegui denunció el plagio de la tesis realizada por Enrique Peña Nieto, hubo dos reacciones principales: las que condenaban el plagio y las que lo consideraban como algo irrelevante. Me quiero detener en la segunda reacción.

Parece que después de todos los escándalos de corrupción de nuestro presidente, descubrir un plagio en su tesis es cosa menor. Pero, ¿realmente es irrelevante el plagio? ¿Qué nos dice de una persona? Y sobre todo, ¿qué relevancia tiene que quien cometió el plagio sea hoy nuestro presidente?

El plagio es copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias. Esto hizo el presidente en su tesis de licenciatura: utilizó ideas de otros y las presentó como suyas en un acto de engaño hacia sus lectores, su asesor de tesis, su universidad y para consigo mismo. El plagio denota corrupción, engaño y poca seriedad para el compromiso que se está asumiendo. Una tesis de grado significa demostrar que se tienen los conocimientos específicos necesarios para ser un buen profesionista.

Son muchos los casos en los que se ha retirado el título obtenido a quienes han cometido plagio. Pero no en México, en el que el plagio es algo irrelevante. Y se debe a una razón: tenemos interiorizada la corrupción.

«Estamos tan acostumbrados a la corrupción y al engaño que nos parece normal, aceptable».

Somos una sociedad corrupta. Sí, nos guste o no, todos buscamos la manera de obtener los mayores beneficios con el mínimo esfuerzo. Celebramos la ilegalidad. Todo empieza copiando en un examen, dándole una “mordida” al policía, evadiendo impuestos… Hasta que se llega al poder, y como el presidente, termina en una ola de corrupción, tráfico de influencias e impunidad. En México pasa todo, pero no pasa nada.

No nos escandaliza que Peña Nieto haya robado las ideas de otros para obtener su título de licenciado en Derecho. Menos nos escandaliza la pasividad e indiferencia con la que responden a la denuncia. Estamos tan acostumbrados a la corrupción y al engaño que nos parece normal, aceptable.

«Si queremos un país y gobernantes distintos, debemos dejar de ser pasivos ante la corrupción».

Pero no. El robo de ideas que hizo Peña Nieto habla de su personalidad, de su actitud ante la vida, de una cultura personal hacia la corrupción que ha tenido consecuencias para todos los mexicanos. Entonces, no debe sorprender el escándalo de la “Casa Blanca”, el departamento en Miami, o la forma de reaccionar de su familia. La corrupción es un asunto cultural y la impunidad la alimenta.

El plagio del presidente también debe servirnos para reflexionar. Él es un reflejo de nuestra sociedad. Si queremos un país y gobernantes distintos, debemos dejar de ser pasivos ante la corrupción.

Como orgullosa alumna de la Universidad Panamericana, le pido a mi casa de estudios que haga frente a esta situación, que no permita que una persona, aún sea el presidente de México, dañe el prestigio y credibilidad de sus egresados. Lamento profundamente el comunicado que hicieron y la falta de actuación ante el plagio de Peña Nieto. Sé y confío en los valores institucionales que inculcan, por eso lo pido: no seamos parte de la impunidad que alimenta la corrupción. Sirvamos como ejemplo a la comunidad de estudiantes y a la sociedad mexicana de que no aceptamos los engaños, vengan de quien vengan.

Salir de la versión móvil