En la actualidad, el precio es uno de los impedimentos más comunes para adquirir un vehículo eléctrico, pues es sensiblemente superior al de un automóvil de gasolina. Sin embargo, de acuerdo con Bloomberg NEF, este obstáculo podría eliminarse en un espacio de tres años, o sea, para 2022.
Desde hace varios años, Bloomberg NEF realiza varios análisis para estimar el punto de concordancia en el que el precio de los automóviles eléctricos se equiparará a los de combustión interna, al punto de que elegir entre cualquiera de las dos alternativas se convertirá en una cuestión de «gustos» y no de «precios».
Y según los últimos análisis, este momento se va acercando cada vez más. Por ejemplo, en 2017, las proyecciones de Bloomberg NEF estimaron que el punto de concordancia se lograría en 2026. Un año después, el pronóstico se redujo para el 2024. Ahora, en 2019, la predicción augura que será en 2022 el año en que un vehículo eléctrico cueste igual o menos que uno de combustible.
Ahora bien, ¿cuáles son las razones para explicar este significativo descenso en las proyecciones del costo? Una muy simple, refiere la empresa relacionada con temas de energía: el precio de las baterías eléctricas ha ido bajando ostensiblemente.
La publicación menciona que anteriormente, los especialistas indicaban que la batería del vehículo eléctrico representaba la mitad del costo del automóvil. Por ejemplo: en 2015, para un vehículo mediano de los Estados Unidos, la batería equivalía al 57 por ciento del costo total de la unidad; en 2019, esta cifra se redujo al 33 por ciento. Estimaciones señalan que para 2025, la batería solo representará el 20 por ciento del costo total del vehículo.