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Persiguió al Chapo, se enemistó con funcionarios e instauró el mando único en Aguascalientes

El “hecho aislado” fue rebautizado como el jueves negro. Cuatro policías municipales muertos y cinco heridos fue el saldo de la balacera que puso en evidencia que Aguascalientes ya no era el lugar donde no pasaba nada y que, por el contrario pasaba mucho.

Casi dos años y 11 ejecuciones policiales después, Rolando Eugenio Hidalgo Eddy fue designado secretario de Seguridad Pública por el entonces gobernador Luis Armando Reynoso Femat.

Se trataba de un militar. En retiro, por tener más de 60 años y no haber sido promovido a general de división, pero un militar al fin. Su carta de presentación incluía ser uno de los elementos de seguridad que más persiguió a Joaquín “El Chapo” Guzmán y de los que más cerca estuvo de atraparlo.

A Hidalgo Eddy también lo antecedían fuertes lazos de amistad con unos mandos militares del norte del país, como Guillermo Galván, y acérrimas rivalidades con otros como Francisco Pérez Chávez.

Fuera del ámbito policial y militar, se le tenía por un personaje de trato difícil, sobre todo con los medios de comunicación.

Reynoso Femat lo puso al frente de la seguridad pública de Aguascalientes cuatro meses después de solicitar al presidente Felipe Calderón el apoyo de la policía federal para frenar la ola de violencia. Antes de cumplir un año en el cargo, ya se le había involucrado en diferencias con policías federales.

Las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) y las presunciones de las administraciones estatales pasada y actual en materia de seguridad indican que los secuestros, homicidios dolosos, extorsiones, robos de vehículos y delitos del fuero federal tienen una incidencia menor a la que registraban en 2007.

Este martes, contrario al comportamiento institucional que mantuvo los últimos seis años, Rolando Hidalgo Eddy dejó el gabinete de gobierno acusando que dentro de este hay nepotismo y falsedad.

Con el cargo de secretario, deja dos supuestas rivalidades detrás. Una, con Eduardo Bahena Pineda, nombrado coordinador de asesores del gobierno de Aguascalientes en julio de 2014  y a quien, desde su llegada, se apunta extraoficialmente como sucesor en Seguridad Pública.

La otra, más reciente, con el procurador de justicia, Felipe Muñoz, quien fue nombrado por la actual administración estatal y cuya permanencia han procurado el gobernador y la bancad del PRI-PVEM en el Congreso.

La renuncia de Eddy se da a poco más de tres meses de que el ejecutivo del estado le retirara la facultad de evaluar a los policías de todas las corporaciones del estado, al hacer que el Centro de Evaluación y Control de Confianza dependiera de la Secretaría General de Gobierno en lugar de la de Seguridad Pública.

Los resultados del mes pasado marcan como acreditados al 100 por ciento de los elementos estatales de Aguascalientes, según el SNSP.

A pesar de que en septiembre pasado el secretario de gobierno Sergio Reynoso declarara que el anterior titular del llamado C3 “ha llevado esto en muy buenas condiciones y, obviamente, la situación es que pueda continuarse en las mismas características”, el gobierno del estado nombró al psicólogo Víctor Manuel Paredes Lazcano como nuevo director del Centro de Control.

Durante su encargo, Rolando Hidalgo Eddy impulsó la implementación del mando único policial en Aguascalientes. También se vio envuelto en polémicas por quejas de uso de violencia extrema por parte de elementos de la policía estatal, así como por su comparecencia ante el Congreso local, a principios de 2009, durante la que presuntamente acusó a diputados de pertenecer al crimen organizado.

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