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Pensar hacia adentro nos puede salvar

Por Carlos de Luna

 

La mayoría de nosotros no atendemos nuestra salud adecuadamente. Nos sentimos muy bien con lo que nuestro cuerpo manifiesta día a día hasta que alguna dolencia aparece. Es ahí cuando nos preocupamos y, aun así, pensamos que con una pastilla todo se resuelve.

Recuerdo perfectamente el día y la hora, incluso el lugar: el médico Antonio de los Reyes contestaba la pregunta que le había hecho acerca de la salud de mi padre, luego de que lo había operado a sus 57 años. “Toño, ¿qué tiene mi papá?; ¿es grave?”. Él me comentó que era cáncer en el páncreas. “¿Y está muy mal?, ¿cuánto tiempo le queda de vida?”. Toño puso su mano en mi brazo: “Cuando mucho dos meses”.

Después de su hospitalización, mi papá no quiso permanecer ahí y pidió que lo lleváramos a la casa; lo trasladamos con mucho gusto a donde él quería. A pesar de su diagnóstico, nunca quiso escuchar ni mencionar la palabra cáncer, pero asumía que estaba enfermo. Pasaron 42 días y falleció, tal como lo había pronosticado Toño.

¿Qué habría pasado si mi padre hubiera decidido checarse unos años antes? Probablemente, el haber descubierto alguna señal oportuna hubiera salvado su vida o quizá su reacción hubiera vulnerado su estado emocional ante una realidad a la que debería hacer frente. No lo sé, eso no sucedió.

El ser humano es una maravilla cuando está saludable; por eso, muchas veces olvidamos que esta máquina tan perfecta ocupa mantenimiento preventivo. No pretendo dar una serie de consejos para tener buena salud, no soy un experto en ello; pero entiendo que los buenos hábitos de alimentación, el no fumar, el no beber en exceso, el no consumir sustancias tóxicas y el mantener una actividad física y emocional adecuada nos pueden augurar un futuro más esperanzador.

Este espacio en el cual escribo, estimado lector, siempre está enfocado a la mercadotecnia: sugiere acciones o buenas prácticas para la comercialización de productos y servicios; constantemente me enfoco en mencionar una serie de ejemplos de mejora para las actividades comerciales de las empresas.

En este caso, en el cual he hablado un poco sobre salud y prevención, encaja perfectamente el destacar la importancia de mirar hacia adentro de la organización para atender aquello que ocupa y prevenir algún daño.

Las empresas son entidades vivas también. Al igual que el cuerpo humano ocupan hacer una pausa para examinar sus aspectos estratégicos críticos, los cuales pueden convertirse en un problema y derivar en consecuencias fatales.

Aquí es donde la planeación táctica juega un gran papel al diagnosticar las amenazas que aquejan el funcionamiento de algún área o departamento. Hacer una pausa es revisar que todo esté en orden. La salud de una organización no solo recae en sus finanzas, sino también en las buenas prácticas como es la relación cordial con los clientes, la atención constante a los proveedores, la evaluación del nivel de competencia y competitividad, el mantener un vínculo armónico con los colaboradores, entre muchas otras más.

Tal y como lo describe el artículo principal de esta edición, Opción Oncológica es un espacio esperanzador, un sitio en el cual se puede ver luz no solo en cuanto a la sanación, sino también en cuanto a la calidad de vida Y es que la visión del oncólogo Gerardo Cárdenas comprende el procurar una mejor vida a quien se le ha diagnosticado cáncer.

El paciente es quien decide cómo enfrentar la enfermedad, pero su actitud y estabilidad emocional dependen mucho del equipo de profesionales que lo atienden. En las empresas sucede lo mismo: la postura positiva es la que anima a salir adelante, la que determina el éxito ante las vicisitudes; por ello, pensar hacia adentro nos puede salvar.

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