Por: Luis Díaz, CEO de Eje Norte
¿Te imaginas conducir un coche sin saber hacia dónde vas? Sería una locura, ¿verdad? Lo mismo ocurre en el mundo de los negocios. Si no entiendes tu propio negocio y lo que te hace único, estás conduciendo a ciegas y enfrentando peligros innecesarios.
Tu negocio tiene su propio ADN, su esencia única que lo distingue de los demás. Es como la huella digital que lo hace inconfundible. Entender este ADN es crucial para liberar el potencial de crecimiento de tu negocio, porque estás creando un propósito claro.
Un pescador en un océano repleto de peces debe saber qué tipo de pescado está buscando, de lo contrario es probable que pierda el tiempo y navegue sin rumbo. Pero si comprendes qué especie deseas capturar y cuáles son sus hábitos, tendrás mayores posibilidades de éxito.
Peligros de no entender tu negocio
Lo mismo ocurre en tu negocio. Si no entiendes quién es tu cliente y qué desean de tu producto o servicio, te arriesgas a perder oportunidades y desperdiciar recursos.
Por ejemplo, si mi negocio vende refacciones de auto y lo que creo que me hace diferente es que tengo “la mejor logística”, para mi competidor sería muy sencillo contratar un servicio logístico e igualarme. Al contrario, si mi diferencia es ser un aliado experto en refacciones para ellos, porque mi esencia de negocio y el nivel de capacitación que tienen mis vendedores de mostrador los convierte en verdaderos consultores, esta será ya una ventaja difícil de imitar: es mi esencia de negocio.
Muy pocas empresas se dan el lujo de profundizar en esto. Aquellas que lo hacen están tomando una ventaja competitiva. Al entender dónde estás parado y hacia dónde quieres ir, cultivas un propósito dentro de tu empresa, que a su vez deriva en colaboradores comprometidos con tu visión. A la vez, nos lleva a entregar experiencias excepcionales en nuestros clientes, desde un buen servicio posventa hasta la opinión honesta y desinteresada de un cliente satisfecho que vio en tu empresa eso que le hace sentir único.
Los peligros de no entender tu negocio son reales y pueden ser costosos. Si no defines tu diferenciación empresarial, te expones a perder oportunidades y desperdiciar recursos valiosos.
Todos los dueños o directivos de negocios, pueden tener su propio Eje Norte, ese rumbo claro que define quién eres, a quién te diriges y qué quieres entregarles.