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Pedro Coronel: un legado de abstracción y libertad

os colores brillantes, las figuras abstractas y un marcado simbolismo son el sello de las obras de uno de los pintores más prolíficos que han dado las tierras zacatecanas: Pedro Coronel. El legado artístico y cultural que heredó a su entidad sigue vigente y atractivo a las miradas locales e internacionales. Tras cien años de su nacimiento, damos un pequeño recorrido por su trayectoria para reconocer la importancia de su obra, pero también de su extraordinaria colección.

Pedro Coronel nació un 25 de marzo de 1921, sus dotes artísticos se presentaron desde temprana edad, a partir del contacto con su entorno. Indicó en vida: “una de las cosas que tal vez influyó definitivamente en mi vocación, fue el contacto diario que tenía con un anciano que hacía títeres, que modelaba títeres en barro. Yo modelaba con él. Realmente él fue mi primer maestro”. Este primer acercamiento con la creación de personajes y rostros, fue el detonante de lo que más tarde sería un artista consolidado.


Es sabido, además, que durante su juventud, acudía con los canteros para verlos trabajar y, de vez en cuando, participar con ellos en su labor. El contacto con el diseño de formas y técnicas escultóricas, le permitieron después transformarlas, interpretarlas y rediseñarlas desde una perspectiva tanto colectiva como profundamente personal. A finales de 1939, a sus 18 años, parte de la entidad hacia la Ciudad de México, para estudiar escultura.

Realizó sus estudio en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado, también conocida como “La Esmeralda”, durante la época en que Diego Rivera, Frida Kahlo, Agustín Lazo, Carlos Orozco y más artistas reconocidos de alto nivel, formaban parte de la plantilla docente. En 1946 culmina sus estudios y se dedica a impartir escultura dentro de la escuela como profesor. Dos años más tarde, partió hacia París, cuna de las innovaciones artísticas de la época.


El viaje de encuentro con la libertad

La construcción de identidad es un proceso siempre continuo; en cuanto a la formación de un estilo, es un camino igualmente incesante, unas veces reafirmador, otras de oposición. La llegada de Pedro Coronel a la capital del arte, fue, sin duda, un punto clave en la conformación de su estilo. En 1948 partió hacia Europa y una vez en París, participó en el movimiento artístico de la postguerra. Durante su estancia se codeó con grandes artistas internacionales, sin embargo, fue hasta la exposición retrospectiva de Paul Klee, que Coronel decidió comenzar a pintar.

Antes de visitar la exposición en el Museo Nacional de Arte Moderno de París, el artista zacatecano frecuentaba el taller del escultor Brancusi, también de gran influencia para la obra del artista, puesto que buscaban, entre otras cosas, la esencia de la forma, a la par que integraban aspectos de la cultura africana y precolombina. Estos aspectos, más tarde, también formaron parte de sus pinturas. Por su parte, en Klee, encontró una libertad de formas que impactó en su visión para crear.

Asimismo, tomó el aspecto del color como un elemento a través del cual podía conectar con el mundo ancestral autóctono. Las formas de creación que nacieron del instinto forjaron un ansia de libertad por expresar que tomó forma en sus obras. Luego de viajar por Francia, Bélgica, España y África del Norte regresó a México en 1952 lleno de nuevas ideas, nuevo conocimiento y, sobre todo, una visión refrescante del arte y la expresión. Como artista, su intención de encontrar el camino propio en la creación, habla mucho de la composición de sus cuadros. Además de pintura, encontró herramientas y caminos en la escultura e, incluso, la poesía. La lectura fue otra de sus grandes pasiones, una vez de regreso en Ciudad de México, hizo amistad con el escritor Juan Rulfo, de donde surgió una relación de constante retroalimentación.

El legado cultural y artístico de Pedro Coronel

Encontró en la abstracción un medio con el cual comunicarse. Aunque la corriente el expresionismo y lo abstracto fueron sus rutas de creación, también realizó muralismo. En este sentido también se vio influenciado por Diego Rivera y Rufino Tamayo. Su relación con este último también marcó significativamente su obra. Realizó diversos murales tanto en el país como en el extranjero, entre ellos:

Asimismo, su obra no solo se exhibió en distintos centros culturales del país, sino también en París, Japón (Osaka y Tokio) y Estados Unidos (Arizona, Texas y California). Actualmente, su obra está expuesta en el Museo Francisco Goitia, el Museo Pedro Coronel. Este último contiene además, la colección de obras que hizo en vida el artista, entre las que se cuenta con piezas arqueológicas greco-romanas, figuras del lejano oriente, arte de Oceanía, África, estampa japonesa y arte prehispánico. De igual manera, se reúnen obras de aclamados pintores internacionales como Picasso, Kandisnky, Dalí y más.

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