La expectación de Pedro Alberto Lara Sánchez por la arquitectura surgió desde temprana edad, gracias al camino que le mostró su padre y a la cercanía que tuvo de proyectos colosales. En un principio siguió los pasos que ya le habían sido marcados, justo para tomar su propio rumbo y convertirse en una joven promesa de la disciplina.
«Siempre me llamó la atención cómo un conjunto de muros, calles o plazas, podían generar espacios y estos me cautivaban al momento de recorrerlos. Me apasiona que una reflexión comience como croquis y termine en decisiones financieras, técnicas, de ingeniería, urbanas, de arte, de cultura, sociales», puntualizó.
En 2011 inició su preparación académica en la Universidad Iberoamericana Campus Santa Fe, en la Ciudad de México. Realizó un intercambio a la Universidad La Salle Ramon Llul en Barcelona, España. Asimismo, complementó sus estudios con un diplomado de un MBA en el IESE Pedralbes en la misma ciudad, en 2018.
Al finalizar la carrera ganó el premio Manuel Garibay y recibió una beca para maestría en la Universidad de Navarra en Pamplona, lo que le permitió entrar con fuerza en la vida laboral. Ha trabajado en varios despachos de talla nacional e internacional: Arditti Arquitectos, Serrano Monjaraz Arquitectos, promotora Sacresa de España, Sordo Madaleno y actualmente trabaja en Grupo Inmobiliario.
Para Pedro Alberto, la arquitectura no está sujeta a las influencias creativas, sino que es deber del arquitecto mantenerse receptivo a las variables actuales y las necesidades del contexto, siempre manteniendo el compromiso social.
“Creo que la arquitectura forma parte de una madurez y evolución relacionada a la historia de la humanidad. Me interesa que la sociedad pueda disfrutar y aprovechar los espacios, que experimenten la riqueza de actividades. No sólo debe ser un edificio que aporte hacia su interior y cumpla las necesidades requeridas, sino que, además, tiene que contribuir al exterior y a su entorno próximo”.