En colaboración con KPMG en México
México ha desarrollado un gran potencial en la industria médica, de ahí que se posicione como el mayor exportador de dispositivos médicos en América Latina y el octavo a nivel mundial. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Industrias Innovadoras de Dispositivos Médicos (AMID), en México hay más de 30 plantas de producción que dan empleo a más de 130,000 personas y brindan capacitación a más de 25,000 profesionales de la salud.
Debido a esa capacidad instalada y a la alta capacitación que se tiene en la manufactura de dispositivos médicos en México es que se ha podido aprovechar como oportunidad de crecimiento el escenario derivado de la pandemia de COVID-19.
Fausto Ávila, socio de Auditoría especialista en el Sector Salud de KPMG en México, refiere que para seguir aprovechando esta coyuntura se requiere seguir atrayendo mayores inversiones a México y continuar dando certeza para captar inversiones en el sector, pues considera al país como “una excelente plataforma de exportación hacia Estados Unidos y Latinoamérica”.
Por su parte, José Nahúm Cortés, director del área de Global Strategy Group de KPMG en México, destaca que los servicios de salud en el país han mostrado un cambio positivo en la producción bruta, lo que estimula el apetito de inversión hacia el mercado. De ahí, resalta que las empresas ganadoras serán las que pongan atención en incentivar dos factores fundamentales:
“Habrá dos tipos de empresas atractivas en esta transformación: aquellas que pongan en el centro al paciente brindando servicios en una o varias etapas del ciclo de experiencia del mismo -desde prevención y diagnóstico hasta cura y cuidado. Así como aquellas que tengan modelos innovadores de servicio, que incorporen transformación digital e innovación médica”, menciona el especialista.
Carlos Millán, socio del área de Global Strategy Group de KPMG en México, complementa esta parte resaltando la importancia de innovar para mejorar en este mercado. “Tenemos la infraestructura para producir y distribuir a nuevas geografías, partiendo de una propuesta de valor enfocada en el paciente (…) Vivimos un escenario de transición que está cambiando de manera definitiva una serie de patrones de consumo en la población, los cuales requieren ser comprendidos y atendidos”, resalta.
Para el especialista de KPMG en México, no cabe duda de que nos encontramos en una situación diferente. Por ello, sentencia que para lograr consolidar a la industria médica es esencial contar con planes de continuidad de negocio que les permita a sus empresas estar mejor preparadas y establecer un modelo de negocio que ponga al paciente en el centro y cuyos esfuerzos estén alineados a mejorar la experiencia del cliente.
Fausto Ávila pone especial énfasis en el potencial del Bajío para convertirse en un referente de la producción de componentes médicos, refiriendo que su concentración en actividades económicas, como la automotriz, es un tema que debe analizarse y representa la oportunidad de voltear a otras industrias como la médica:
“La región Bajío se puede convertir en un clúster manufacturero importante y referente de la producción de componentes y dispositivos si busca atraer la inversión de empresas del ramo de manera conjunta con los diferentes proveedores que apuntalen la cadena de suministro completa y buscar asociaciones con las diferentes instituciones médicas para el desarrollo de los técnicos especializados que requiere la industria”, añade el experto.