Si de por sí en un año normal, la sensación es que los meses transcurren de manera vertiginosa, en este 2020 atípico marcado por la pandemia de COVID-19 el sentimiento predominante es que el año ha pasado en un segundo. ¿En qué momento avanzamos tan rápido que estamos a poco menos de una semana de situarnos en el décimo mes del año?
Quizá no habíamos caído en cuenta en lo veloz del paso del tiempo hasta que notamos que las redes sociales se veían alimentadas de publicaciones de amigos y conocidos emocionados compartiendo la llegada del otoño, la época favorita de muchos.
Y es verdad. Hoy 22 de septiembre ocurre el equinoccio de otoño, fenómeno conocido por ser el punto en el que los dos polos de la Tierra están ubicados a la misma distancia del sol, por lo que el astro rey sale exactamente por el punto cardinal Este y se pone exactamente por el punto Oeste, marcando el principio de una estación caracterizada por el cambio de clima y la temperatura, así como por la caída de las hojas de los árboles.
No obstante, la llegada del otoño también supone la inminente conclusión del horario de verano y la entrada del horario de invierno, lo que supone terribles noticias para aquellos que no ven con buenos ojos la idea de que los días pierdan su luz natural más rápido (a las siete de la noche ya está oscuro, para desgracia de los pro horario de verano).
Ahora bien, ¿cuándo deberemos cambiar el reloj? Como es costumbre, el horario de invierno está fijado para el último fin de semana de octubre, en este caso el domingo 25. Ese día, a las 2 de la mañana deberás retrasar tu reloj una hora. Un movimiento que seguramente acrecentará la sensación de que el tiempo se esfuma con una velocidad inusitada.
El horario de invierno estará activo hasta el domingo 4 de abril de 2021, día en el que inicia el horario de verano de nueva cuenta.