Ost nació en 2011 gracias a la inquietud y pasión compartida por Susana Espinosa Mayorga y Jeppe Overgaard Laursen, quienes aman la elaboración de alimentos y comparten el gusto por recuperar sus sabores auténticos, “sin disfraces”.
Tras años de trabajar en consultoría de empresas de producción alimenticia, decidieron crear Ost. Al generar semillas de calidad desde su origen, producen comestibles que respetan el medio ambiente —sin explotar y contaminar la tierra—.
Aprovechando las ventajas del suelo y clima del Bajío —que fue conocido por muchos años como “el granero de México”—, presentaron por primera vez en el mercado mexicano harinas, pastas y panes 100% orgánicos.
“Son alimentos hechos con amor a la tierra, a la naturaleza y a los consumidores”, destaca Jeppe.
Actualmente Ost procesa alrededor de 60 toneladas al año de semillas como: trigos panaderos, trigos duros y centeno. Distribuyen a las principales tiendas orgánicas del país, desde Tijuana hasta Tulum, así como a los pasillos de alimentos orgánicos de cadenas como Walmart, La Comer, Fresko, City Market y H-E-B.
Con una oferta de ocho tipos diferentes de pastas integrales orgánicas (largas y cortas), así como cuatro tipos de harinas, son precursores en la creación y distribución de harinas y pastas orgánicas de grano entero.
Apostar por el ecosistema y la salud
Gracias a esa labor, Ost ha influido en el desarrollo económico de Querétaro al sembrar en esta región la posibilidad de un nuevo tipo de empresa —respetuosa con la naturaleza y abocada en desarrollar un proceso de transformación—.
Esta empresa innovadora busca generar alimentos auténticos, así como riqueza en la región. Su labor se cumplimenta, no a costa de la explotación de la naturaleza o la calidad de los alimentos, sino como consecuencia de un trabajo hecho con amor al mundo y a sus habitantes.
Susana y Jeppe consideran que una de sus principales fortalezas radica en su enfoque: creer que se pueden hacer las cosas de forma disruptiva e innovar para producir alimentos, sin atentar contra el ecosistema o la salud de los consumidores. No obstante, en la actualidad, pocas personas conciben como prioridad la producción de alimentos sin contaminar el suelo y el agua.
Finalmente, los empresarios comparten que sus principales objetivos hacia los próximos cinco años son la distribución en el 100% del mercado mexicano, así como la exportación a Estados Unidos.