La voz de Bill Gates fue una de las más potentes en alertar la inminente llegada de una pandemia. En 2015 vaticinó que, más pronto que tarde, un patógeno microscópico pondría de rodillas a la humanidad y ocasionaría miles de muertes.
En la actual tercera ola mundial por COVID-19, el cofundador de Microsoft avisó recientemente que si nos parecen terribles los estragos que la pandemia ha provocado, las consecuencias del cambio climático serán aún peores:
“El cambio climático es más difícil de resolver que una pandemia, pero, si no lo hacemos, los efectos negativos serán mucho peores”, afirmó en una entrevista para El País.
La advertencia de Bill Gates no debería caer en saco roto. La OMS estimó que, en 2012, alrededor de 12.6 millones de personas murieron por causas relacionadas con la contaminación.
Por otra parte, la ONU señaló que, en 2018, el calentamiento global dejó dos millones de desplazados, 49 mil millones de dólares en pérdidas, 1,600 muertos en incendios forestales y el aumento del hambre debido a las sequías.
La organización también apuntó que el incremento récord del nivel del mar, el alza histórica de la temperatura tanto en la tierra como en los océanos, así como los máximos niveles de gases de efecto invernadero son evidencias innegables del cambio climático.
Con el tiempo a contrarreloj, los países se sumaron a los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la Agenda 2030, los cuales suponen un “llamamiento universal a la acción para proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo”.
En este proyecto universal que interpela a todos los actores de la sociedad, las empresas y organizaciones han tomado un rol protagónico en el camino hacia la sustentabilidad y han emprendido esfuerzos para reducir su impacto en el medio ambiente.
Un reporte, publicado en 2015 por MIT Sloan Management Review, The Boston Consulting Group y el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, refiere que en ese entonces la mayoría de las empresas comprendía que el éxito sostenido de sus negocios dependía de los contextos económicos, sociales y ecológicos en los que se desenvuelven.
“Lo que una vez se consideró una misión de la empresa para hacer el bien, ahora es un imperativo empresarial”, menciona el Foro Económico Mundial sobre la importancia de invertir en prácticas sostenibles en los negocios.
De acuerdo con una investigación de Nielsen Holdings (una consultora de mercado estadounidense), 81% de las personas encuestadas cree fervientemente que las empresas deben ayudar a mejorar el medio ambiente.
En este contexto, Líder Empresarial comparte las experiencias de dos grandes empresas que encabezan la ruta hacia la sostenibilidad en México y el mundo. Nos centramos en las buenas prácticas que las han erigido como ejemplos en la búsqueda de un mundo más verde.
Continental
Con una inversión superior a los 1,300 millones de pesos, la llegada de Continental a Aguascalientes no solo supone el aceleramiento hacia una economía de más alto valor, sino también el impulso de una industria más sustentable.
“La sostenibilidad está anclada en la base de nuestros valores. Estos son el cimiento de nuestro trabajo, guían nuestra empresa y nos llevarán al futuro”, expresa la empresa alemana.
Daniel Cortés González, Head of Facility Management, Environmental, Health and Safety en Continental Aguascalientes, menciona que el corporativo está plenamente convencido de que los negocios sustentables y responsables incrementan la capacidad de innovar y encarar el futuro, al agregar valor a la empresa.
“[La visión sustentable] nos permite identificar riesgos y oportunidades de manera anticipada. Abre los procesos de cambio que necesitamos. Es por eso que la sostenibilidad está firmemente integrada en nuestra estrategia corporativa y es un motor clave de la innovación”, explica el directivo.
Recientemente, la planta electrónica de Continental Aguascalientes recibió la pre-certificación LEED (Leadership in Energy & Environmental Design, por sus siglas en inglés) Nivel Oro, otorgada por el US Green Building Council: uno de los máximos distintivos internacionales para aquellos edificios que operan con los máximos estándares de sustentabilidad.
“Todo lo que es la planta y su infraestructura están diseñados e instalados bajo un enfoque de sostenibilidad”, apunta Daniel.
La factoría también está en proceso de obtener la certificación “Green Plant”, una acreditación interna del corporativo dada a los complejos por su efectivo desempeño energético, uso de agua y disposición de residuos.
En este sentido, la planta de Continental valora la instalación de un sistema fotovoltaico con capacidad de 0.5 MW (y una facultad de crecimiento de hasta 1.5 MW), para así reducir la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera.
“A nivel mundial, el corporativo tiene el plan de cero emisiones de dióxido de carbono para 2050. En el caso de Aguascalientes, al nacer como planta sustentable, apostamos por lograr este objetivo quince años antes, en 2035”, externa Daniel Cortés.
También cabe señalar que las plantas de Continental están certificadas con la ISO 14001, norma internacional que contiene los requisitos necesarios para implementar un Sistema de Gestión Medioambiental, y con ISO 45001, norma orientada a Sistemas de Gestión de Seguridad y Salud Laboral.
A nivel mundial, el corporativo de Continental también ha asumido el compromiso de alcanzar una movilidad sin emisiones para 2050, así como empujar una economía totalmente circular.
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MABE
Con más de 19 mil trabajadores en México y con ventas de más de 10 millones de unidades de su línea blanca al año, Mabe es una de las empresas de electrodomésticos más reconocidas en el mundo.
Para la compañía, la sostenibilidad representa una oportunidad para adaptarse a nuevos entornos en la búsqueda de un equilibrio social, ambiental y económico, así como para evolucionar competitivamente, al hacer un uso adecuado de sus recursos y atender las expectativas de sus grupos de interés.
Así lo ha manifestado Daniel Sosa, Gerente de Sustentabilidad, quien agrega que este enfoque convierte a Mabe en un mejor lugar para trabajar, genera un vínculo positivo y diferenciado con las comunidades cercanas.
Impulsados por esta visión, Mabe es miembro del EP100, de la ONG internacional The Climate Group. Esta iniciativa reúne a 125 compañías comprometidas con el uso eficiente de la energía para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y acelerar la transición a economías bajas en carbono.
A través de este proyecto, la empresa mexicana ha asumido el compromiso de reducir en un 30% su intensidad energética a nivel de producto para el año 2030 (basados en datos de sus niveles en 2018), a partir de la implementación de sistemas de Gestión de Energía en sus operaciones industriales.
Asimismo, Mabe señala que se ha especializado en fomentar el desarrollo de productos con un enfoque sustentable para alcanzar tres objetivos: la mejora continua de sus operaciones a través de un uso eficiente de los recursos, el impulso a la innovación, y el valor agregado en productos que mejoren la calidad de vida de sus consumidores.
Reflejo de esta filosofía es su última generación de lavadoras “Aqua Saver Green”, certificadas como Grado Ecológico con base en la norma mexicana NMX-AA-158-SCFI-2011 de la CONAGUA.
Estos artículos se distinguen por su alta eficiencia, al reducir en hasta 76% el consumo de agua por ciclo de lavado; incluye además mejoras de hasta 55% en la eficiencia energética de sus productos de cuidado de la ropa (en comparación con generaciones anteriores).
“Dichas mejoras, han implicado un proceso de innovación. Hemos rediseñado los infusores de nuestros productos incorporando geometrías especiales, mejoras en la potencia y velocidad dependiendo el peso de las cargas por ciclo. Integramos nuevos métodos de lavado y enjuague que, combinados con patrones inteligentes, calculan el tiempo, temperatura y cantidad de agua necesaria de forma automática, permitiendo alcanzar estos importantes niveles de ahorro”, explica Daniel Sosa.