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Operadora MPK y la imparable Conchita Miranda

Concepción Miranda, directora de operadora MPK

“La cuestión no es quién me va a dejar, es quién me va a parar”.

Ayn Rand, escritora

Concepción Miranda perseguía su independencia. Por eso, en lugar de trabajar en la compañía de su padre, Miraplástek, estudió Ingeniería en Sistemas y se desarrolló como freelance. Hoy, con el nombre de Operadora MPK y bajo su dirección desde hace años, la empresa familiar es una de las principales exportadoras de Aguascalientes y se encuentra en medio de un ambicioso proceso de expansión.

Al frente de un equipo de 220 personas, Miranda Patiño enfrenta en 2016 un reto mayúsculo: el proyecto de expansión de Miraplástek, que incluye su cambio de razón social a Operadora MPK, la inauguración de sus nuevas instalaciones, el crecimiento con sus clientes principales (como Case New Holland, Cummins y John Deere) y el arranque de trabajos para trasnacionales de la talla de Caterpillar.

Pero del mismo tamaño que el reto es la seguridad con la cual la directora le planta la cara: “yo calculo que en un plazo de unos cinco años podemos estar al doble del tamaño que estamos actualmente”, estima.

Y es que, desde hace algunos años, las antiguas instalaciones comenzaron a resultar insuficientes. Además de lo voluminoso de los productos, algunos clientes elevaron sus pedidos; mientras otros esperaban que la compañía creciera en capacidad física para incrementarlos.

Incentivada por Endeavor, al que pertenece desde 2013, “se buscó la oportunidad de construir esta nave, grande; de rentar un espacio que nos diseñaron para nuestras necesidades específicas. A partir de aquí, con la nueva razón social y las nuevas instalaciones, esperamos una expansión muy acelerada”, comenta la empresaria.

La nueva planta, ubicada al norte de la ciudad, tiene cinco máquinas en operación, pero puede albergar nueve en total. La sexta podría adquirirse dentro de los próximos dos años.

Otro aspecto fundamental del proceso de expansión es el crecimiento del área de diseño, ingeniería y fabricación de moldes que, explica Miranda, “se ha convertido en una sección importante del negocio y ahora estamos vendiéndole a otros rotomoldeadores en el resto del mundo”.

Para Conchita Miranda, como la conoce el sector empresarial, la clave de su éxito al frente de la empresa familiar ha sido “una combinación de la experiencia que tenemos en moldeo rotacional y el desarrollo que hemos tenido profesionalmente en la parte de desarrollo de diseño de productos. Somos los rotomoldeadores más avanzados en México, indudablemente […] Estamos haciendo productos cada vez más elaborados, más complicados, con más tecnología y eso nos está permitiendo crecer”.

Innovación, antes que estar fuera de moda

En su proceso de transformación, Miraplástek no solo se convirtió en Operadora MPK. Internamente, modificó su estructura y dio mayor peso al área de diseño de productos para estar en mayor consonancia con la filosofía de la empresa y de Concepción Miranda: innovar.

“Nuestro departamento de diseño, ingeniería y fabricación de moldes es algo de lo cual estoy muy orgullosa porque hacemos moldes de mucha calidad. Estamos exportando moldes hechos por nosotros a varios países de América Latina, Estados Unidos y Canadá”, presume la empresaria.

La industria del procesamiento de plásticos en México está compuesta por alrededor de 3,000 negocios y, dentro de ella, apenas el 1 por ciento realiza el proceso de moldeo rotacional. La mayoría, señalan algunos estudios, son pequeñas compañías. Sin embargo, a través de la innovación, Operadora MPK se ha convertido en una empresa mediana y se ha situado como líder en el mercado nacional y de exportación, tanto en su línea de componentes industriales como en la atención a la industria, principalmente en los sectores alimenticio y farmacéutico.

Su directora afirma que esa pasión por innovar en el diseño, los procesos, los métodos de trabajo y la tecnología no es una novedad, sino una razón de ser.

“No es por una moda actual. Desde que nació, Miraplástek está generando productos nuevos constantemente. Ahorita tenemos más de 2,500 productos que hemos desarrollado; empezamos con 15”, señala.

La mujer-empresa

Conchita Miranda llegó a la dirección de MPK por el camino difícil. Y en un principio, ni siquiera se veía en ese lugar.

“Me fui quedando sin planearlo. Fui enamorándome del proyecto y mi papá fue saliéndose de la empresa sin hacerlo de una forma brusca. Cuando volteamos la cara, él ya no estaba aquí, yo ya estaba al frente y así fue. Yo creo que me hubiera asustado si lo hace de otra manera”, recuerda.

Sus primeros trabajos para Miraplástek fueron como freelance, en su especialidad de ingeniera en Sistemas. Su ingreso fue desde lejos, en la Ciudad de México, donde estuvo un año como responsable de la representación de la compañía. Ahí, acabó de conocer las entrañas del negocio familiar y aprendió a quererlo.

Con nostalgia y orgullo, comparte que “cuando entré no sabía nada. Aprendí desde cero, entré en un puesto sencillo y fui escalando poco a poco. Yo creo que mi papá no me dio nada de gratis ni por ser su hija. Y ahora, la verdad es que es mi vida. Algunas personas me preguntan cuándo voy a dejar de trabajar y yo les digo que nunca. La verdad me encanta”.

Al estar al frente del negocio, Conchita Miranda le ha impreso su personalidad. Para darse cuenta de ello, basta escuchar las similitudes que hay en cómo lo describe y cómo se describe a sí misma:

“Es una empresa que nunca se rinde, siempre va para adelante y siempre va buscando hacer cosas nuevas; le pasa de todo y sigue con ánimos de crecimiento. Todos sus miembros nos sentimos en una familia”, reflexiona.

Tradiciones propias que van desde paseos y fiestas navideñas, hasta un apoyo a las mujeres que, como ella, combinan el rol de trabajadoras con el de esposas y madres de familia, han hecho de Operadora MPK un gran lugar para trabajar.

“Puedes hacer las dos cosas si te organizas bien, si tienes quién te ayude en las dos áreas. El secreto sería elegir al socio en la empresa y al socio en la casa […] Vivo convencida de que se puede y trato de apoyar mucho a las mujeres que trabajan aquí en la fábrica para que también puedan hacerlo. Tengo muchas mujeres trabajando aquí y si alguien puede entender por lo que pasan, soy yo”, dice con firmeza.

Y lo confirma su reciente nombramiento como presidenta de la Association of Rotational Molders (ARM), cargo en el cual representará a los rotomoldeadores del continente por un año.

“Sí es un reconocimiento a la compañía, al nivel que tenemos como industria de rotomoldeo internacionalmente, porque de alguna manera estamos presentes, así, en las ligas mayores del moldeo rotacional”, aquilata la empresaria.

Como presidenta de la ARM, Concepción Miranda tiene tres proyectos claros:

  1. El nombramiento de un director técnico, encargado de ver los temas de tecnología
  2. Actualizar la tecnología de comunicación de la asociación con sus socios a través de las redes sociales
  3. Celebrar los 40 años de la asociación

 

¿Quién va a parar a Concepción Miranda y a Operadora MPK?

Si es que hay una respuesta a esa pregunta, solo la conoce el tiempo. Por ahora, afirma, hay Concepción Miranda para rato, aunque eso no significa que por su mente no haya cruzado la posibilidad de dejar a otro u otra en su lugar.

“Siempre estoy así, como en la medición: ¿todavía le estoy siendo útil o no a este proyecto? Y hasta el momento la respuesta es sí.

“Pero estoy consciente de que si mi capacidad ya no da para el tamaño de la compañía, debo dejar el puesto. No la empresa, pero sí el puesto a alguien que la pueda llevar”, admite.

Llegado el momento, Concepción y Operadora MPK enfrentarán lo que muchos empresarios temen cuando encabezan negocios familiares: un proceso de sucesión mediante el cual se decidirá a quién confiar el resultado de años de trabajo.

Nuevamente, la inteligencia de esta mujer hidrocálida se hace evidente cuando recurre a la experiencia y mira hacia ese momento:

“Creo que el éxito de mi papá para que yo me quedara aquí fue que jamás me obligó ni me lo impuso; fue por puro gusto y cariño. Entonces, yo haré lo mismo. Si mis hijos están interesados, me encantaría porque esta empresa es algo muy querido para la familia. Pero si no quieren, ya encontraremos quién la dirija”.

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