La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que para el segundo trimestre del 2020 se perderán 7% de las horas laborales por el COVID-19 en países de renta media-alta como México. Esto equivale al tiempo laboral de 195 millones de trabajadores de jornada completa.
En los países medios altos se prevén pérdidas mayores a la crisis financiera de 2008-2009 en distintos grupos de ingresos. De manera especial afectará en los servicios de hospedaje, manufactura, comercio minorista, actividades empresariales, administrativas y restauranteras. Los más perjudicados serán los casi dos millones de personas que trabajan informalmente en el mundo.
El 81% del personal productivo se manifiesta afectado por los cierres totales o parciales de su trabajo. Por lo que dependiendo de las próximas políticas, se estima que al final del año se hayan perdido alrededor de 25 millones de empleos.
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Guy Ryder, director general de la OIT, señaló que se debe actuar con rapidez, decisión y coordinación para evitar un colapso del sistema económico, tanto en los países más poderosos y, más aún, en los que están en vías de desarrollo.
El estudio de la OIT señaló que se deben de adoptar medidas políticas a gran escala, centradas en cuatro pilares:
- Apoyar a las empresas, al empleo y los ingresos
- Estimular la economía y los empleos
- Proteger a los trabajadores en el lugar de trabajo
- Utilizar el diálogo social entre gobiernos, trabajadores y empleadores a fin de encontrar soluciones.
Ryder afirmó que estamos frente a la prueba internacional más grande de los últimos 75 años, por lo que las decisiones que se tomen afectarán directa o indirectamente a millones de personas en todo el mundo: “Con las medidas correctas podemos limitar su impacto y las heridas que dejará. Nuestro objetivo debe ser reconstruir nuevos sistemas más seguros, más justos y más sostenibles de los que permitieron que esta crisis ocurriera”, concluyó.