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Ocho millennials mexicanos que transformarán el mundo, según el MIT

El Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) presentó, a través del ‘MIT Technology Review en español’, un listado sobre los Innovadores menores de 35 años (Latinoamérica 2019), en el que las singulares iniciativas de ocho mexicanos se ganaron un lugar. 

Los proyectos creados por talento nacional comprenden soluciones aplicadas para crear nuevos tratamientos, robots colaborativos y formas de energía que podrían estar a punto de cambiar el mundo. Desde tecnología para facilitar la colonización de Marte hasta prótesis de bajo costo para niños con parálisis cerebral. 

Estas son sus propuestas: 

Adán Ramírez: Las algas como fuente de oxígeno

Adán Ramírez, de tan sólo 23 años, fue distinguido por el MIT en la categoría “inventores” por descubrir en las algas una alternativa para mitigar contaminación y generar “energía verde”. 

A través de su empresa, Green Fluidics, el joven inventor utiliza paneles solares biológicos para combinar naturaleza y tecnología en un mismo concepto. Estos funcionan a través de microalgas, de la misma manera que la fotosíntesis en las plantas. Es decir, aprovechan la radiación solar para generar oxígeno y energía mientras absorben el dióxido de carbono. 

A diferencia de otros paneles solares, la tecnología del mexicano puede ser montada en ventanas, ya que tiene forma triangular y un color verde semitransparente; gracias a su forma novedosa de generar oxígeno, este descubrimiento podría incluso representar una forma de ayudar a la colonización de Marte: 

«Buscamos conectar el espacio con la Tierra a través de la tecnología que desarrollamos. El objetivo es que sus biopaneles sean utilizados en futuras colonizaciones espaciales, ya que, además de energía, también producen oxígeno de forma segura. Además, la propia biomasa de las algas podría convertirse en alimento para los astronautas”, explicó Ramírez al MIT.

La iniciativa de Ramírez fue seleccionada por el Global Green Growth Institute como uno de los mejores proyectos sustentables a nivel mundial durante 2018. 

Irving Rivera: Hacia una agricultura sostenible 

La agricultura se enfrenta a varios desafíos, entre los que destacan el aumento de la demanda de productos agrícolas, un menor rendimiento de la producción por el cambio climático, la dependencia de pesticidas y la contaminación generada con esta actividad. Es por ello que Irving Rivera vio una oportunidad en la que, a través de la ciencia y la tecnología, combate estas problemáticas en un sector poco tecnificado en México.  

El mexicano fue distinguido en la categoría “inventores” ya que a través de su empresa, Solena, analiza los terrenos agrícolas para después recomendar los cultivos más adecuados en una respectiva zona, mejorando la calidad de los alimentos y manteniendo la salud del suelo.

Su proceso consiste en realizar un estudio para conocer la microbiología de un terreno;tras la investigación determina qué organismos son benéficos y cuáles son perjudiciales para el suelo y la cosecha. Después aplica una mezcla balanceada de estos, para así incrementar la producción y prescindir de pesticidas químicos.  

Mediante esta técnica, el mexicano facilita que los organismos microscópicos en el suelo absorban dióxido de carbono y así combatan la degradación del terreno: “Solena empodera a la industria agrícola con el capital biológico de los suelos. Buscamos que la agricultura esté en armonía con la naturaleza”, explicó para el MIT.

En 2018, su empresa recibió una inversión de 50,000 dólares a través del programa Food Fellowship, del banco mercantil Kirchner Group.  

Alan Aguirre: Optimizar la industria química con luz solar 

Egresado del Tec de Monterrey, Alan Aguirre, de 34 años, fue incluido en el listado en la categoría “emprendedores” por desarrollar un sistema de reacciones fotoquímicas a escala industrial aceleradas por fotocatalizadores, un modelo que convierte la energía solar en energía química-. 

Aunque su proyecto aún se encuentra en fase experimental, las posibles aplicaciones de este descubrimiento están en la producción de fármacos que solo pueden sintetizarse con este tipo de reacciones, así como a la fabricación de materiales para el tratamiento de heridas mediante la fotomedicina. Este tipo de soluciones pueden sustituir algunos procesos químicos sumamente contaminantes:

«Si queremos hacer un cambio para revertir el cambio climático debemos conseguir que la industria química disponga de reacciones químicas con menor huella de carbono y consumo de energía. Si usamos la luz del Sol directamente para las reacciones químicas, el impacto ambiental puede llegar a prácticamente cero», justificó el emprendedor al MIT.

Francisco Valencia: Impresión 3D para crear prótesis de bajo costo

El ingeniero de 28 años, también forma parte de la categoría “emprendedores” por su trabajo con comunidades de escasos recursos, donde utiliza la impresión 3D para crear prótesis de bajo costo para niños con parálisis cerebral. 

Su empresa Prothesia ha entregado aproximadamente 30 aparatos ortopédicos a niños con parálisis cerebral mejorando su independencia motriz y emocional.  A diferencia de las prótesis tradicionales,Francisco utiliza “órtesis” , un mecanismo que no sustituye al miembro, sino que sólo suple algunas funciones del mismo: «Decidimos enfocarnos en la órtesis, porque si no atendemos a tiempo a estos niños con parálisis ya no se puede corregir al formarse los huesos y músculos», comentó al MIT

Según la OMS, las personas que necesitan de órtesis son entre dos y cuatro veces más que las que necesitan prótesis. Además de concentrarse en estos números, Valencia también se encarga de reducir el tiempo de impresión 3D de dos semanas a sólo 48 horas; de esta forma, también evita usar moldes de yeso, que representa un método más lento e invasivo que suele incluir errores. 

El emprendedor espera vender la licencia de su software Prothesia con la que diseña las órtesis para así lograr incrementar el número de pacientes beneficiados. 

Marcela Torres: Programación incluyente para migrantes

Marcela Torres, de 32 años, forma parte de los “emprendedores” del MIT gracias a su start-up Hola Code, la cual ofrece cursos de desarrollo de software para la comunidad migrante en México. 

El modelo educativo desarrollado por Marcela, no sólo ofrece clases a los migrantes, sino que también facilita su integración al país, ofreciendo préstamos de manutención a los alumnos para que de esta manera logren estudiar a tiempo completo. El programa también les brinda tres comidas al día y servicios adicionales, lo único que requieren es pagar por el curso una vez que logren conseguir un empleo. 

Hola Code ya ha enseñado a programar a casi 300 migrantes.Aunque la compañía no exige a los alumnos conocimientos previos en tecnología, sí selecciona a los futuros alumnos de acuerdo a su potencial. En el curso se enseña a programar en JavaScript, HTML y CSS. 

«Buscamos que se sientan integrados en el país. El migrante no es víctima, ni un criminal, ni mano de obra barata, sino una persona con capacidad para innovar en el país», comentó Marcela para el MIT.

Mariel Pérez Carrillo: Rendimiento eficiente de los terrenos agrícolas

La ingeniera bioquímica de 27 años, forma parte de la categoría “emprendedores” por el desarrollo de un aparato que mide las condiciones ambientales de los terrenos destinados a la agricultura, para así mejorar el rendimiento y reducir los costos de las cosechas. 

Carrillo cofundó la empresa de tecnología agrícola Innus Technologies, que intenta apoyar a los agricultores y proponer una solución a la inminente crisis alimentaria. A través de su herramienta Enviro -una especie de estaca que se clava en el suelo y mide las condiciones del terreno y el clima en tiempo real-, la emprendedora registra temperatura, humedad, pH y salinidad,  para después dar recomendaciones que mejoren las condiciones del cultivo y ayuden así a evitar pérdidas. 

Esta solución también contribuye a mitigar el impacto ambiental, pues de acuerdo con la creadora, “reduce la contaminación de suelos y acuíferos por el uso excesivo de agroquímicos y permite aprovechar mejor el terreno». Aunque Enviro aún se encuentra en fase de experimentación, se espera que a corto plazo los agricultores logren adquirir el aparato para mejorar sus cosechas. 

Carlos Monroy: Energía ecológica para purificar el aire 

El biólogo de 29 años, elegido en la categoría “humanitarios” por el MIT, purifica el aire a través de biorreactores compuestos de microalgas a través de su empresa BiomiTech. Sus innovaciones ecológicas ya se encuentran en gasolineras y algunas otras industrias contaminantes, donde los filtros de estos aparatos absorben los vapores contaminantes y los convierte en biomasa.  

El biólogo explicó al MIT que este tipo de tecnologías genera un impacto directo en la reducción de contaminantes de carbono: «Es un tema global que en un futuro va a ser muy importante, pero nadie está generando soluciones integrales de manera sostenible (…) Esto puede reducir la contaminación del aire y el problema de las enfermedades asociadas. Debemos implementar soluciones a muchos niveles. Hay que dejar de contaminar y reducir el impacto con sumideros de carbonos».

Monroy busca generar  biorreactores más grandes para aumentar la capacidad de purificación del aire, también espera lleva su proyecto a más ciudades y países. 

Sara Landa: Compuestos biológicos para mejorar la absorción de nutrientes  

La ingeniera química de 26 años, fue elegida en la categoría “humanitarios” por el MIT, por la creación de un compuesto biológico capaz de optimizar la absorción de nutrientes y reducir el uso de fertilizantes. 

Junto con un amigo, creó Simbiótica Labs, una empresa de biotecnología donde a través de una mezcla de hongos y bacterias se evita el consumo de fertilizantes y se incrementa la productividad de los cultivos. 

Landa detalló para MIT que esta mezcla «permite a los agricultores disminuir el uso de fertilizantes químicos, lo que reduce el coste de fertilización y, a largo plazo, aumenta su fertilidad». Para Sara el mayor objetivo es que “las prácticas en el campo se vuelvan sostenibles”

Aunque Simbiótica sólo comercializa productos para cultivos de aguacate y arándanos, actualmente están trabajando para crear compuestos para café, cacao, limón, naranjas y hortalizas. 

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