La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinta Ardern, anunció el 27 de abril que el país ha logrado frenar el contagio comunitario de coronavirus sin que sea detectada la fuente de la que proviene. Al llegar a este punto, se prevé regresar a las actividades cotidianas próximamente.
Desde la entrada del virus en el país, se tomó como referencia una escala de cuatro niveles en el que hace un mes habían alcanzado la “máxima alerta”. Al poner en marcha su “estrategia de eliminación”, disminuyeron la curva de contagios de manera progresiva.
Al retroceder al nivel 3, es posible retomar las principales actividades económicas que estaban en suspensión; las cuales no habían sufrido mayores estragos debido a las oportunas medidas del país oceánico.
Es notable cómo controlaron la curva epidemiológica, pues del total de habitantes sólo hubo 1472 casos confirmados, de los cuáles se registran 19 muertes y 1214 recuperaciones hasta el momento.
Ya identificados todos los portadores de Covid-19, el país mantendrá cerradas sus fronteras por tiempo indefinido para evitar re-importarlo. Jacinta Ardern, se perfila como un ejemplo de cómo tomar acciones concretas y efectivas en tiempo límite.