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Nuestros museos, tesoros olvidados

Escrito por Genaro Borrego Estrada

Zacatecas tiene museos de categoría mundial. Cada uno de ellos tiene un valor artístico, cultural e histórico-patrimonial inconmensurable. El origen y trayectoria de dichos museos tiene por sí mismos una historia particular muy encomiable. Hay atrás de ellos una motivación, un propósito, un esfuerzo y una voluntad digna de ser valorada, independientemente de la importancia de su acervo y contenido. No existen por casualidad ni surgieron espontáneamente. Cada uno tiene una historia formidable y su existencia es, para Zacatecas un verdadero tesoro.

Sin embargo no les estamos dando la importancia y la atención que merecen. Parecería que son tan sólo adornos de nuestra ciudad que están ahí y que ese sólo hecho ya es suficiente. Son motivo de orgullo pero la mayoría no los conoce  siquiera, e incluso el turismo en general, salvo excepciones minoritarias, no les presta mayor interés. 

Son varios los motivos por los que deberemos hacer lo necesario para revertir tal situación. Las directoras y directores de los mismos hacen esfuerzos para su conservación, mantenimiento y funcionamiento básico pero carecen de los incentivos y apoyos gubernamentales y privados que se requieren. Cada museo es un caso distinto y su tratamiento habrá de ser diferenciado según su propia circunstancia, pero sin duda es menester atender a cada uno según sus peculiaridades y problemática específicas. 

Lo primordial es tener y demostrar verdadero interés en apoyarlos, lo cuál implica o supone una valoración de su importancia sustantiva para la cultura, el patrimonio e incluso para la promoción turística con las evidentes consecuencias económicas positivas para la comunidad. No parece haber ese interés y el riesgo es que la difícil situación en que nos encontramos, derivada de los estragos económicos y presupuestales provocados por la pandemia del COVID19, acreciente el crónico desdén que sufren los museos.

Me refiero a las instituciones gubernamentales tanto de la federación como del estado pero también de la sociedad civil, del sector educativo, y del empresariado en general y muy específicamente el relacionado con la industria turística. No todo debe ser responsabilidad del gobierno, es indispensable la colaboración ciudadana y la corresponsabilidad público- privada.

Desde luego que no es una causa menor, por el contrario me parece que tiene una importancia sustantiva y estratégica fundamental. Es un privilegio de Zacatecas contar con esos tesoros que son legados de nuestra historia y de personajes zacatecanos formidables, quienes por su talento, pero sobretodo por su inmenso amor por su tierra, decidieron darnos generosamente y dejar para la posteridad lo mejor de su espíritu artístico y patriótico.

Desde luego que la tarea no es sencilla y que el esfuerzo colectivo que supone no es menor. Conjuntar voluntades, sensibilizar motivaciones e incluso convencer de la conveniencia práctica para algunos intereses específicos no es sencillo. Menos aún lo es conseguir recursos presupuestales en condiciones adversas como las que se viven en la actualidad aunque sea para atender las necesidades más indispensables de cada museo las cuáles ciertamente son muy variadas y complejas. Eso es más que claro, pero justamente ante tales dificultades hay que hacer el intento, lo cuál evitará consecuencias lamentables y la generación de situaciones aún más complejas en el futuro. El apremio es indudable y el sentido de urgencia de proceder a ello es evidente.

El intento convencido y el propósito firme valdrá la pena. Podrán en situación de crisis como la actual establecerse bases sólidas perdurables para la auto gestión y sostenibilidad  de los museos con la colaboración institucionalizada público-privada. Conviene propiciar el análisis e incluso inducir el positivo debate al respecto. Hay que dar cabida a todas las voces y a las opiniones diversas. Será muy enriquecedor escuchar todas las opiniones y puntos de vista con actitud abierta y plural. De la discusión ordenada y amplia habrán de surgir soluciones valiosas que sean viables aunque su ejecución sea gradual y los resultados sean paulatinos. 

La peor opción es el desdén, la pasividad o la indiferencia. Nuestros museos no merecen ser tesoros olvidados. Estas líneas son tan sólo una sincera llamada de alerta ante una situación que a la postre puede ser lamentable. Va de por medio el patrimonio cultural e incluso la responsabilidad moral de la actual generación ciudadana y gubernamental. Es decir de todos nosotros los zacatecanos. 

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