Por: Mario Alberto Montañez Robledo, Ejecutivo Banca Privada de Grupo MONEX
El escenario actual muestra diversas complejidades: desde las consecuencias económicas y sociales de la pandemia de la COVID-19, alzas de tasa por parte de varios bancos centrales (incluyendo el Banco de México), debilidad global del dólar, escasez de semiconductores (chips) y otros materiales para la industria; alza de precios de materias primas así como aumento de la inflación. Entre estos y otros factores se ha mermado la liquidez en diversos sectores.
Todo esto ha traído consigo que las empresas demanden servicios financieros de mayor valor agregado, que les permitan afrontar sus compromisos -y que se adapten a sus necesidades particulares-.
Por lo anterior, como una estrategia alternativa de financiamiento y por añadidura beneficios fiscales, entre los distintos productos que facilitan liquidez en la empresa se encuentra el arrendamiento puro.
Este es un esquema clave que se ha consolidado en las pequeñas, medianas y grandes empresas como una fuente de financiamiento a bajo costo. Permite invertir en activos tangibles e infraestructura sin comprometer el flujo operativo de la empresa.
Es decir, permite adquirir un activo como maquinaria, equipo y transporte; basado en el pago de una renta con un plazo definido, con opción a compra al término del contrato sin que éste genere una tasa de interés. Además ofrece una mayor deducción fiscal, con respecto a los créditos tradicionales.
Por otra parte, dentro del arrendamiento puro existe la modalidad de “Sale & Lease Back”: la empresa realiza una compra/venta y el arrendamiento de sus propios activos para utilizarlos como capital de trabajo. En otras palabras, la institución financiera le compra a la empresa su maquinaria y/o equipo -y de la cual le paga una renta con un plazo definido-. Al final de este plazo, la propiedad de la maquinaria y/o equipo regresa a la empresa.
Un ejemplo de arrendamiento puro, es la adquisición de una camioneta Nissan NP300, mejor conocida como “estaquita” valuada en cerca de $380,000 MXN; la renta a 48 meses consistiría en cerca de 11 mil pesos mensuales (con un valor residual de aproximadamente 3%).
Al final del arrendamiento el cliente pagaría en promedio el 3% sobre la factura, lo que consistiría en un beneficio fiscal para la empresa sobre esos 11 mil pesos mensuales -además de la posibilidad de vender al mercado, al final del arrendamiento, la camioneta por encima del precio del valor residual-.
Si tienes alguna situación particular como las descritas, acércate y conoce las distintas alternativas de la mano de los expertos de Grupo Financiero Monex. Ellos saben cómo hacer que tu dinero trabaje a través de productos como:
- Arrendamiento Puro
- Sale and Lease Back