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No bajes los precios, por favor

Todos en este mundo debemos aprender a vender y, además, a hacerlo bien. Pero ¿por qué?, ¡si las ventas son para los necesitados! Seguramente, solo un vendedor querrá saber cómo vender más, pues de eso vive.

No obstante, sin importar si somos médicos, empresarios, líderes, políticos, dentistas, diseñadores gráficos o ingenieros de procesos, debemos saber vender nuestros conocimientos, ideas, productos, liderazgo, desarrollo, proyectos… negocios. El saber vender adecuadamente nos ayuda a lograr de forma más rápida, efectiva y sin desgaste lo que queremos.

Cada quien sabe qué meta persigue en la vida o encuentra la meta en el camino, y cada quien determina la estrategia para conseguir eso que se propone. Algunas veces las estrategias son complicadas y requieren algunos requisitos, otras quizá no. Lo importante es que debemos aprender a comunicarnos efectivamente con nuestros clientes o tomadores de decisiones para lograr que nuestros servicios, productos y propuestas de valor impacten de forma positiva y generen relaciones a largo plazo.

¿Qué hace que nuestros clientes nos prefieran en lugar que a nuestra competencia? ¿Es el precio?

Si es así, tenemos problemas, pues la mente de nuestros consumidores no está entendiendo nuestra propuesta de valor, no pagan por ella y, seguramente, esto es resultado de que nosotros mismos no entendemos y apuntalamos nuestros diferenciadores.

Esta situación nos lleva obviamente al punto en el que como vendedores, o proveedores, no podemos establecer diferencias con nuestra competencia y así, cuando todos los productos son iguales, el que gana es el de más bajo precio. Sencillo, ¿verdad? Lamentablemente esto no es negocio. ¿Por qué? Porque nadie gana y menos el consumidor, pues este último no tendrá la claridad de elegir a partir de criterios transparentes; solo se guiará por lo «barato». Y otra cosa, al bajar nuestros precios y reducir nuestros márgenes, nos empujamos a nosotros mismos a trabajar gratis. Esto obviamente no está bien.

Por eso, además de tener la obligación de conocer bien nuestro mercado, debemos empujar nuestra oferta comercial con el fin de convertirnos en socios estratégicos de nuestros clientes, entender que ellos compran nuestros productos y servicios porque los necesitan, no porque nos están haciendo un favor. Así, establecemos relaciones ganar-ganar.

Es mejor trabajar en la creatividad para desarrollar productos y soluciones innovadoras que nos distingan y hagan que los consumidores nos prefieran… A veces es tan sencillo lograrlo como preguntar si estamos ofreciendo un buen servicio.

¡Atrévete a vender más!

Agradezco, como siempre, sus comentarios y sugerencias al correo: jej@escaleragbs.com

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