México ha reconocido la necesidad de fortalecer su mercado interno para evitar tener en el corto plazo un problema mayor al que estamos padeciendo. No podemos sostener nuestro sistema económico solo con el sector exportador, pues en una baja de este colapsaríamos.
La necesidad de crecer y fortalecernos repercute en que cada día más mexicanos emprendan negocios y los desarrollen por muchos años. Un emprendedor es aquella persona con la decisión, voluntad e ideas para iniciar algún proyecto; arriesgan su capital, trabajo, sistema de vida y tranquilidad (en muchas ocasiones) en la búsqueda de generar organizaciones que produzcan satisfactores industriales, comerciales o de servicios para la sociedad. Con esto, al mismo tiempo, crean empleos, impuestos y oportunidades para muchos ciudadanos a través de la innovación.
En el discurso político de nuestro país, con más tintes políticos que económicos y realistas, se nos dice que se van a apoyar a los emprendedores para generar micro, pequeñas y medianas empresas para el crecimiento de la nación. Además, se habla de millones de préstamos y seminarios para prepararlos.
Y sí, en el papel esto se ve muy bien, pero en la realidad nos encontramos con un panorama desolador, pues 80 por ciento de los nuevos negocios no logran tener más de dos años de vida. Esto se debe a varios factores: primero, porque los créditos continúan siendo caros y llega el momento en que las garantías son inalcanzables para las pequeñas compañías; segundo, los costos de arranque se vuelven inasequibles con capital propio, pues las rentas y pagos de prestaciones sociales a empleados son difíciles de saldar; tercero, los combustibles para moverse (si se requiere) tienen un precio excesivo; cuarto, la corrupción para conseguir los permisos es gravosa y, en muchos casos, es la causa de que se desista en iniciar un proyecto en el mundo empresarial; quinto, la cantidad de requisitos para operar forman un laberinto (el ofrecimiento de la ventanilla única ha sido solo una buena intención) y, finalmente, si la empresa logra sobrevivir el primer año, las revisiones fiscales y del seguro social la agobiarán.
Estas son algunas de las causas por las cuales no tenemos la cantidad de emprendedores requeridos para estar a la altura de los países que compiten con el nuestro. De hecho, hay un fenómeno que no entienden los responsables de esta área en México, pues ellos critican la falta de vocación emprendedora de la nación; pero no se dan cuenta de que hay miles de mexicanos que por falta de oportunidades se fueron del país y ahora son exitosos en EUA, son una parte importante de la economía estadounidense por los empleos que generan e impuestos que pagan. Sobre esto, debemos tomar en cuenta el entorno y las facilidades para emprender de estas personas, quienes llegaron sin dinero y empleo a esa nación norteamericana. Sin lugar a dudas, debemos reflexionar sobre este fenómeno.
Las autoridades se extrañan y critican el crecimiento exponencial del mercado informal. Lo atacan, buscan cómo perseguirlo o quitarlo de la vía pública; sin embargo, no gestionan programas para llevarlo al sistema formal. Algo irracional y la puntilla ha sido la reforma fiscal, la cual perjudica y desanima no solo a los emprendedores, sino también a todo el empresariado. De esta manera, nunca tendremos a los emprendedores necesarios, pues los que actualmente sobreviven lo hacen de forma heroica y porque de verdad tienen esa vocación.