Las cosas que no se trabajan, no se aprecian cuando se tienen, es la filosofía que José María Napoleón ha tomado y heredado a sus hijos. Desde los 16 años, ha luchado por cumplir sus sueños y 51 años después está convencido de que hacer lo que lo apasiona no es un trabajo, sino un privilegio.
El poeta de la canción está por estrenar su nuevo álbum, el cual será un tributo a su carrera.
Líder Empresarial (LE): ¿Cuál fue el papel que jugó su madre en su gusto por la música?
José María Napoleón (JMN): Ella toda su vida fue cantante de casa, cuando cantaba yo me acercaba y me aprendía las canciones. Ella me clavó el gusto por la música y mi tía Herlinda me enseñó a tocar la guitarra.
Tenía una voz primorosa, muy afinada; mi madre es el motor de mi vida y seguirá siéndolo hasta el día que yo muera. Esos fueron mis inicios en la música, no sospechaba que la abrazaría para siempre.
LE: ¿También en la composición inició joven?
JMN: Yo vivía en un barrio cerquita de los ferrocarriles, mi padre era maquinista y cada vez que llegaba de viaje traía algo nuevo, entre eso, libros. Atesoré dos: Robinson Crusoe y A la luna, poemas de Manuel Acuña.
Con 10 años de edad, influenciado por El Nigromante y Manuel Acuña, empecé a escribir.
Mi primera canción se llamó “Papel”: A ti que eres mi amigo te lo digo,/ a ti que no te ríes de lo que digo/ a ti, amigo papel en que yo escribo.
LE: ¿Cuál es su mayor inspiración al escribir?
JMN: Hay dos motivaciones: yo soy un hombre de una sola mujer, la mujer es el ser humano más hermoso, es un ser divino, maravilloso.
Y la vida, siempre he escrito temas sobre la vida: “Señor que estás en los cielos”, “Don dinero”, “El señor de edad”, “Hombre”, “Vive”. “Quédate así” es una canción dedicada a mi hijo, no crezcas, no te des cuenta de lo que pasa en la tierra, quédate así muchos años, luego te darás cuenta y llorarás.
LE: ¿En qué momento se dio cuenta de que se quería dedicar a la música?
JMN: Gracias a unos amigos, entre ellos el gobernador Carlos Lozano de la Torre, Manuel Ávila, Armando del Bosque, Ernesto de la Cruz.
Yo quería ser torero, llegué a Monterrey a los 16 años a buscar una tarde taurina y me hospedé con mis amigos de Aguascalientes que estaban estudiando en el Tec. Yo los acompañaba a llevar serenata a sus novias.
Tenía quince días en Monterrey y me dijeron: “vas a cantar el sábado en un programa de televisión”. Yo les decía: “están locos, no estoy preparado”.
Fui al programa Buscando Estrellas. Canté “Divina Ilusión” y gané esa eliminatoria; después de cuatro eliminatorias, pasé a la final. Me atreví a cantar una canción mía y la canción de Antonio Machado “Cantares” y gané.
Cuando salgo, me dice la señorita del conmutador: “está saturada la línea, han llamado miles de personas para felicitarlo; pero no se crea, porque igual no llega a ser nada”.
LE: Durante su carrera, ¿cuáles han sido los momentos más gratos?
JMN: Ha habido muchísimos en mi vida. Cuando escuché mi primer disco fue increíble. Cuando José José grabó mi canción “Lo que no fue, no será”. De ahí le siguieron otras. Cuando canté “Vive” en el Festival de la Canción del 76, empezó mi vida a cambiar. “Vive” fue la canción que le compró la casa a mis padres, con ella logré muchas satisfacciones hasta hoy.
Una vez me habló Bebu Silvetti de Nueva York y me dijo: “te quiero pasar un chavo con el que acabo de grabar una de tus canciones y quiere saludarte”. Me saluda aquella voz impresionante, ni siquiera podía creerlo, cuando escuché mi canción en la voz de Plácido Domingo fue el sueño máximo realizado.
LE: ¿Cómo ha sido su relación con José José?
JMN: Mi primer contacto con él fue en los Globos, lo escuché desde afuera. Era un tumulto de gente y cuando le iba a dar la mano, la gente nos separó.
Cuando ya había grabado mi primer disco, en una reunión estaba él, me acerqué y le platiqué quien era yo, le pedí un teléfono y no hemos perdido contacto.
He estado con él en las buenas, las malas, las maduras y las podridas.
LE: ¿En qué proyecto está trabajando actualmente?
JMN: En mi disco. Son mis 18 canciones más queridas, pero los arreglos son totalmente diferentes. También tiene duetos: “Hombre” está grabada con mi hijo José María; “Eres”, con María José; “Deja”, con Yuri; “Acéptame como soy”, con Manoella Torres; “30 años”, con Beto Zapata del grupo Pesado; “Pajarillo”, con Humberto de Enjambre. Con Abraham Laboriel, un músico impresionante, grabé todo el bajo.
Es un disco que quiso hacerme Universal, se ha grabado en los Ángeles, Holanda, Nueva York, Ciudad de México. Se va a llamar Vive, José María Napoleón Vive, la compañía se me ha entregado, están emocionadísimos.
Tengo otro disco por hacer de canciones inéditas, se llamará Adiós dedicado a Dios. Cuando yo grabe ese disco me voy a marchar, tengo una canción que cantar el resto de mi vida que se llama mi familia y quiero estar con ella. Por ahora es un proyecto y espero se haga realidad.