¿Podrían convivir en un solo edificio un objeto que usaron algunos hombres en la Cristiada y el cuadro de un artista conceptual de nuestra época? La combinación podría parecer extraña, ya que por lo general, los museos son temáticos: el Museo de Historia, de la Revolución, de Pueblos Indígenas, de Arte Contemporáneo; pero en Aguascalientes, existe un espacio que combina varias épocas de la historia y creaciones artísticas de los últimos años. Se trata del Museo de Calvillo.
Este proyecto es joven, tiene apenas seis meses de inaugurado y es el primer museo que se edifica en el municipio. En Líder Empresarial, hablamos con su artífice, Andrés Vázquez Gloria, un reconocido artista hidrocálido, quien nos contó cómo fue crear este lugar desde cero y por qué merece la pena darse una vuelta por sus salas.
Diseñar un museo a partir de la historia de su pueblo
Todo comenzó cuando la administración anterior de Calvillo contactó a la Fundación Andrés Vázquez Gloria, la cual se dedica, en parte, a promover el arte en el estado. Esta organización ya había trabajado con anterioridad en el municipio, coordinando las obras que se realizaron en “La Ruta del Artista”, un proyecto que empresarios de la región financiaron para llevar el arte a las calles de Calvillo.
El ex presidente municipal, Javier Luévano, le compartió a Vázquez Gloria la inquietud que tenía de construir un museo y le pidió encargarse de llevarlo a cabo. No parecía algo sencillo: para alcanzar la categoría de museo, necesitaban hacerse de un acervo, de lo contrario, se consideraría sólo una galería, comenta Vázquez Gloria.
Los miembros de la fundación se reunieron para pensar una estrategia que les permitiera sacar adelante la tarea. Por fortuna, el equipo está conformado por historiadores, arquitectos, diseñadores gráficos y artistas, así que encontraron la solución rápidamente. La decisión que se tomó fue dividir el museo en dos salas: una permanente que recogiera la historia del municipio y otra itinerante.
El reto se encontraba en conformar la primera sala, así que comenzaron a realizar investigaciones, conducidas por un historiador. Se eligieron algunos ejes que definirían el concepto de la sala como la religión y el trabajo en el campo, temas que han atravesado la historia de Calvillo y han servido como bastión para el desarrollo del municipio.
“El sacerdote y la iglesia de Calvillo prestaron objetos muy valiosos de oro y plata que nunca salen de los templos ni son usados. La época de la Cristiada fue muy importante para el municipio”, comenta Vázquez Gloria.
En esa sala, también se pueden encontrar herramientas para trabajar la tierra que datan de la época de la revolución.
Algunos miembros de la fundación se reunieron con la gente para recolectar elementos que fueran dignos de exponerse. Tardaron poco más de un año en reunir la información, diseñar la museografía, las vitrinas y hacer las gestiones necesarias para lograrlo.
Cuando se tuvo lo necesario para crear la sala permanente del museo, el siguiente paso fue más sencillo: el propio Vázquez Gloria decidió donar 100 piezas de su acervo personal para crear la segunda sala y poder darle la denominación de museo. De esa forma, los directivos podrán prestar la colección a otros recintos y traer nuevas para exponerlas.
La sala itinerante está integrada por obras de varios artistas de renombre, nacionales y de otros países. Algunos de ellos son: Sergio Garval, especializado en escultura monumental; Alfonso Mena, artista abstracto basado en Nueva York; Gabriel Macotela, Irving Herrera y René Freire.
Vázquez Gloria comenta que en estas épocas, sobre todo en México, no se crean muchos museos. Con este sitio, Calvillo rompe un poco esa estadística y sienta un precedente para que el resto de los municipios se plantee emprender un proyecto como éste.