Su padre era médico y su madre enfermera, por lo que no es extraño que ella se inclinara por la Biología, área que le interesó desde la preparatoria. La egresada de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) confiesa que se enamoró de la carrera y de todo lo que conlleva su estudio.
“La Biología es una carrera que apasiona, te enamoras. Una vez que conocemos qué es la naturaleza, te nace un profundo amor por su conservación (…) A mí me decían que me iba a morir de hambre, pero no me dejé vencer por eso, siempre debemos ser perseverantes y tener metas cortas para que cuando llegues arriba no lo sientas tan pesado”, menciona.
Su formación académica incluye diplomados en Auditoría Ambiental y en Atención a Fauna Silvestre. Antes de encabezar la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (PROESPA), estuvo en el Programa de Cultura del Agua de CCAPAMA, e impartió conferencias y talleres sobre Educación Ambiental en la UAA.
Laboró en un despacho privado en San Luis Potosí, y luego ingresó a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, donde estuvo encargada de la elaboración del Programa de Manejo de la Sierra Fría (Porción 01 de Pabellón). En esa misma dependencia encabezó diferentes programas como el de vigilancia comunitaria y empleo temporal.
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En la SEMADESU, del Municipio de Aguascalientes, fungió como coordinadora de Áreas Naturales Protegidas, del Programa de Ordenamiento Ecológico Local y del Catálogo de Áreas Prioritarias para la Conservación Municipal; mientras que en la Secretaría del Medio Ambiente del Estado fue encargada de las Áreas Naturales Protegidas.
“Me gusta mucho estar innovando, no me gusta estar encasillada; hay que buscar siempre como sí se pueden hacer las cosas”, refiere, además de instar a las mujeres a no frenarse y seguir trabajando para cumplir sus sueños.