Su jornada comienza regularmente a las seis de la mañana y no tiene una hora fija para que concluya. Su nombre es Mónica Lizbeth Hernández González, una joven muy inquieta que, a pesar de su corta edad -26 años-, tiene una visión muy clara de hacia dónde quiere encauzar su vida: se ha planteado como una de sus metas el convertirse en una empresaria exitosa.
Hace diez años tuvo la oportunidad de viajar a Francia, donde permaneció durante un año, como parte de un intercambio estudiantil promovido por Rotary International, una experiencia que la marcó para siempre.
“Es algo que siento que todo mundo debería vivir porque te enseña muchísimo; te ayuda a ser independiente, abrir tu panorama, y darte cuenta que no solamente existe tu familia o lo que tú vives en ese momento, sino que hay muchas más cosas afuera de tu ciudad, de tu país”, expresa.
Su gusto por los viajes, los idiomas y la curiosidad por saber cómo se concretaban los negocios en otras naciones la llevó a cursar la Licenciatura en Comercio Internacional en la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), aunque previamente pasó seis meses en Inglaterra perfeccionando su inglés. Igualmente, mientras estudiaba la licenciatura también viajó a Japón para aprender la lengua de ese país en un curso intensivo; ya en el penúltimo semestre de la carrera radicó en Canadá por seis meses, donde fortaleció sus conocimientos de francés.
Su experiencia profesional comenzó en Calsonic (hoy Marelli), donde realizó sus prácticas, y posteriormente trabajó en Mabuchi Motor, así como en Vector Global Logistics como Soporte de Ventas. Actualmente, continúa complementando su preparación académica, al cursar una maestría en Administración de Cadena de Valor en la Universidad Panamericana (UP). De igual manera, cuenta con un diplomado en Business Management por el Tecnológico de Monterrey Campus Aguascalientes.
Además de todo lo anterior, la también escaramuza de la Hacienda San Lorenzo decidió emprender un negocio, inquietud que tenía desde la infancia y que hoy es una realidad llamada FLAVORCUP: franquicia de una cafetería dedicada a la elaboración de productos con ingredientes naturales y saludables que abrió sus puertas a finales del año pasado, misma que logró cristalizar con el apoyo de su familia.
“Desde chica siempre había querido ser emprendedora o tener algo propio; he querido trabajar para saber hacer las cosas: saber qué soy capaz de hacer, e incluso qué no”, señala.
Mónica, cuyo anhelo es liderar el día de mañana una empresa que brinde asesoría en materia de importaciones y exportaciones, reconoce que emprender no es fácil y menos en un contexto de pandemia, pero no hay imposibles.
“Hubo momentos en los que se me venía todo para abajo, pero no quité el dedo del renglón. Siento que de eso se trata, porque si tú lo quieres, lo puedes lograr, y a mí me enseñaron que si estás enfocado en metas, se van a cumplir”, remarca.