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Mildret González: Historias de vino con maestría y pasión

Mildret González

Existen placeres en la vida que revitalizan al hombre concientizando de su existencia; el vino, más allá de ser sólo una bebida, es una experiencia integral que envuelve al hombre en todos sus sentidos y los armoniza en una copa de cristal.

No obstante, esto no sería del todo posible sin el trabajo de quien resguarda y especializa en este tesoro de la humanidad: los sommelier.  

Mildret González, como experta del vino, es consciente de la responsabilidad de compartir la historia así como las características de cada botella con maestría y pasión, a fin de aconsejar a los clientes sobre el vino ideal de acuerdo al tiempo y lugar.

No es lo mismo una demostración en el norte o sur del país sin considerar los factores como clima, tipo de suelo o temperatura, explica.

Etiquetas y bodegas hay miles en el mundo, por eso el sommelier es una figura determinante en la cadena de comercialización del vino, porque ofrece un poco de luz a la hora de seleccionar un vino en tienda o restaurante”, aseguró. 

Este oficio requiere de una preparación académica como la formación de Mildred, quien estudió gastronomía en el Instituto Culinario de México y luego el grado de Sommelier conseil-Caviste (Asesoramiento de sumiller-comerciante de vinos) en la Universidad del Vino en Francia.

Asimismo, coordina el diplomado sobre sommelier y cultura del vino en el Instituto de Innovación en Negocios y Gastronomía (ING).

Reconoció que cualquier persona puede aventurarse a esta industria, pero lo más común es que los profesionales dedicados al turismo, hotelería o gastronomía desempeñan la especialización de sommelier que a su vez demanda una actualización constante.

Las catas de vino, un ritual sensorial 

Para Mildret González las catas de vino son similares a un ritual que nos llevan a un estado de consciencia plena. Empieza por una fase visual para identificar la intensidad del color; el tipo de brillo o si tiene otros residuos, siempre servido en una copa con la temperatura adecuada.

Una vez que lo vemos -que hacemos este análisis visual- podemos llevarlo a nariz y cerrar los ojos para percibir toda esta calidad aromática que tiene un vino. Mi recomendación siempre es agitar la copa para oxigenarlo y luego volver a hacer este análisis sensorial”, explicó la especialista.

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