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«Microcadenas» de suministro: una oportunidad frente al cierre de fronteras

Por César Buenrostro, Socio Líder de Comercio Internacional y Aduanas de KPMG en México y Berenice Egure, Socia de Comercio Internacional y Aduanas de KPMG en México

En el contexto de la pandemia de COVID-19, el 18 de marzo de 2020, Estados Unidos (EE.UU.) acordó el cierre parcial de su frontera con Canadá y, pocas horas después, el de su frontera con México, restringiendo principalmente el libre tránsito de personas. Además, con excepción de sectores estratégicos, como salud y militar, se reforzaron las medidas de control, revisión y fumigación de mercancías.

Asimismo, diversos puertos de EE.UU. fueron cerrados, lo que ha dificultado que las mercancías en tránsito puedan ingresar o salir. Por lo anterior, se ha tenido que recurrir a desvíos a puertos en operación, lo que está ocasionando retrasos considerables, a los que se suman los tiempos de revisión más estricta y el cuidadoso proceso de desinfección.

Para muchas empresas estas medidas suponen importantes afectaciones económicas debido a los retrasos que originan y que pueden, incluso, ocasionar paros en la producción. En numerosas organizaciones, las cadenas de suministro están integradas globalmente y la contingencia actual afecta la capacidad de cumplir con las entregas en tiempo y forma, lo que puede desestabilizar toda la cadena de valor.

Históricamente, mediante las cadenas de suministro se ha ido buscando reducir costos; esto ha llevado a crear redes globales integradas que logran economías de escala mediante la subcontratación de fabricación en economías emergentes, respaldada por contratos a largo plazo. Sin embargo, los impactos de la pandemia que hoy vivimos y las crecientes tensiones comerciales están obligando a las organizaciones a preguntarse si este es el modelo operativo idóneo.

Las empresas pueden plantearse transitar o incorporar a su modelo de negocios las “microcadenas de suministro”, esquemas operativos ágiles con contratos flexibles y producción más cercana al punto de compra. Permiten aprovechar su naturaleza descentralizada altamente flexible y su capacidad para alterar la producción y la entrega, escalar volúmenes e introducir nuevos productos con poca antelación, aprovechando así oportunidades propias de estas condiciones.

Al adoptar un enfoque descentralizado, las microcadenas de suministro crean para el cliente tanto valor como sea posible, y permiten que las organizaciones se beneficien de una independencia muy valiosa en tiempos de crisis.

Además de las pandemias, existen otros fenómenos ante los cuales las microcadenas de suministro son menos vulnerables; por ejemplo, los intereses volátiles, el tipo de cambio, las modificaciones al régimen fiscal, los aranceles, las cuotas comerciales, la inflación salarial y hasta la pérdida de cosechas.

Para las empresas que satisfacen una demanda masiva de operaciones con base en China, no resultaría realista ni recomendable salir de dicho mercado debido a la escala y calidad de los ecosistemas de proveedores existentes.

Sin embargo, esta crisis es coyunturalmente una plataforma para que, con tiempo e inversión, las organizaciones construyan microcadenas y consoliden una base de confianza y transparencia que conduzca a relaciones más colaborativas con proveedores críticos, compartiendo información en tiempo real para hacer frente a las emergencias.

Sin duda, compartir objetivos y motivación entre los eslabones de la cadena y fortalecer las alianzas ayuda a generar mayor resiliencia organizacional.

Nota: las ideas y opiniones expresadas en este escrito son de los autores y no necesariamente representan las ideas y opiniones de KPMG en México.

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