Me llamo Héctor Ochoa y a mis 18 años, como cualquier joven, tengo muchas cosas por hacer; entre ellas, seguir estudiando la universidad y convertirme en ingeniero. Tengo osteoporosis juvenil idiopática, una forma rara de osteoporosis que se presenta en los primeros 13 años de vida en niños previamente sanos y que ocasiona una curvatura anormal de la columna dorsal, a veces permanente, así como fracturas múltiples, lo cual ata a los pacientes a una silla de ruedas, como en mi caso.
Ha sido un reto personal realizar actividades que muchos consideran cotidianas, y recorrer las ciudades e instituciones que no tienen acceso fácil para individuos con discapacidad.
Afortunadamente, lo mejor que he tenido y tengo son las personas a mi alrededor. He sido afortunado de encontrar en mi camino a gente dispuesta a ayudarme de manera incondicional. En las escuelas en las que he estado, he recibido apoyo con las facilidades necesarias. El CRIT logró que mi vida fuera más sencilla con la rehabilitación que recibí no solamente en la parte física y a nivel funcional, sino también en la parte psicológica y social.
Hoy, puedo hacer prácticamente lo que quiera de forma independiente. Claro, hay algunas excepciones; pero aún así lo considero un gran logro.
Me gustaría que, al enfrentar problemas o dificultades, las personas vieran siempre el lado positivo de las cosas y se pusieran retos que puedan superar. Recuerden la frase: «Esto también pasará», la cual aplica en todos los aspectos de la vida. Pienso que esta creencia, sobre todo cuando afrontas situaciones complicadas a nivel personal, con la familia, amigos o en el trabajo, les ayudará como a mí me ha servido.