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¿Se está convirtiendo México en una potencia alimentaria?

Hace 43 años, la industria de alimentos procesados mexicana inició su camino a la globalización de la mano de la firma regiomontana Gruma, presidida por Juan González Moreno.

Años más tarde, a la productora de harina de maíz y de tortilla, la cual comenzó su expansión internacional en 1973 en Costa Rica, se sumaron otras empresas como Bimbo, Grupo Herdez, Bachoco, La Costeña y Lala, que hoy colocan a México entre los primeros ocho productores de alimentos industrializados a escala mundial detrás de Estados Unidos, China, Japón, Brasil y Alemania.

La estrategia de expansión de Gruma fue replicada por otras compañías, no solo en su intención de comenzar a operar desde otros países, sino también en su modelo de negocios basado en el aprovechamiento de coyunturas internacionales, adquisiciones de negocios similares en otras naciones y un manejo financiero prudente.

Según Laura Martínez, de Standard Poor’s, la globalización y el éxito obtenido por estas empresas mexicanas globales, se debe a una estrategia centrada en evitar altos niveles de apalancamiento, aun cuando realizan constantes inversiones en el extranjero.

En este sentido, cabe señalar que solo en el primer trimestre de este año Gruma realizó inversiones de capital por 51 millones de dólares, los cuales se utilizaron en Estados Unidos para la construcción de su nueva planta de tortillas en Dallas, la ampliación de capacidad y mejoras técnicas en otras unidades.

Parte de estos recursos también fueron utilizados para la expansión de capacidad en las plantas de Italia, Gran Bretaña, España, Ucrania y Rusia, así como para mejoras técnicas en sus instalaciones de México.

Fuente: Excélsior

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