La revista AméricaEconomía, especializada en América Latina e incorporada al Dow Jones &Co, ofrece su lectura sobre la sustentabilidad de las naciones latinoamericanas. Destaca que los esfuerzos al interior de los países son desiguales y difíciles, como demuestra el hecho de que muchos de ellos no han ratificado aún el Acuerdo de Escazú Costa Rica.
AméricaEconomía se enfoca en el desempeño medioambiental de once países latinoamericanos y presenta para ello un Ranking Latinoamericano de Sustentabilidad, que mide el progreso general hacia la sustentabilidad en la región en doce dimensiones (mediante 26 indicadores estandarizados y respaldados).
Costa Rica, Uruguay y Colombia encabezan la segunda edición del ranking, en la que se incorporan nuevos indicadores. La investigación incluye por primera vez una visión de las políticas públicas, en un esfuerzo único a nivel de mediciones, que permite evaluar la fuerza con que gobiernos y Estados están dispuestos a avanzar en la protección del medio ambiente.
Tratamiento de los datos
La metodología muestra indicadores técnicos de largo plazo —como las emisiones, la calidad del aire o la matriz energética— y analiza en profundidad la institucionalidad medioambiental, la actividad legislativa, los compromisos internacionales vinculantes y no vinculantes, los focos de conflicto socio-ambiental activos, y los desastres ambientales (como derrames o incendios).
Los datos provienen de fuentes secundarias validadas, como organismos gubernamentales internacionales y centros de investigación académica, así como algunas investigaciones periodísticas propias de AméricaEconomía. La información y los hechos recabados demuestran la falta de una estrategia coordinada en la región, aunque sí hay países que trabajan de forma individual en la acción climática con programas imitables (como Costa Rica y Uruguay, quienes lideran el conteo).
Mejores (y peores) prácticas
México muestra bajos rendimientos ocasionados por sus conflictos ambientales y sociales, su carencia de recursos hídricos y por presentar con regularidad una gran cantidad de eventos y desastres. La calidad del aire tampoco es buena ni su matriz energética. Terminan reprobadas su institucionalidad y legalidad, así como su recaudación y gasto.
Tiene mejores notas en manejo de residuos, emisiones y contaminación agrícola. Alcanza su mejor posición en biodiversidad y bosques, así como firmante de tratados y compromisos.
Las mejores prácticas, calificadas en una base de 100 puntos, se observan en:
- Costa Rica: Tratados y compromisos; emisiones; recaudación y gasto; institucionalidad y legalidad.
- Uruguay: Biodiversidad y bosques; calidad del aire: ausencia de conflictos ambientales/sociales.
- Colombia: Contaminación agrícola.
- Chile: Manejo de residuos.
- Paraguay: Matriz energética.
- Bolivia: Eventos y desastres.
- Perú: Recursos hídricos.
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México, por su parte, tiene su mejor calificación en firma de Tratados y Compromisos Internacionales, pero firmar sin actuar en consecuencia no ayuda mayor cosa.
México califica con 55.2 y, con ello, se sitúa en el octavo lugar de América Latina. La tabla sobre Sustentabilidad en la región está encabezada por Costa Rica y Uruguay. Estos países, por cierto, también destacan en calidad de vida y desarrollo humano.
Desastres naturales en la región
El país con mayores desastres ambientales no naturales registrados (desde julio de 2019 a diciembre de 2020) es Perú, con 27 desastres. Destacan, entre ellos, los incendios.
Luego sigue México, con 20 acontecimientos de este tipo, y con un lamentable primer lugar en desastres calificados como más graves: derrames y fugas.
Le sigue Paraguay, con 13 desastres y un problema de incendios similar al de Perú (con zonas de riesgo en que se repiten los siniestros año a año). Sin embargo, el tipo de desastres con mayor gravedad y peso, por primar en ellos la mano del hombre, se dan en México y Brasil —países que tienen el peor desempeño en esta dimensión—.
Organismos nacionales para el Medio Ambiente
En la región existe una institucionalidad medioambiental con variadas formas y distintos niveles de burocracia. De los once países investigados, sólo México no cuenta con Ministerio del Medio Ambiente o similar.
Los Parlamentos de estos países cuentan todos en ambas cámaras con una comisión que trata temas ambientales. Lo que no es parejo es la importancia que se le da en el ámbito legal a los conflictos: solamente cuatro países (Bolivia, Chile, Costa Rica y Paraguay) cuentan con tribunales ambientales.
