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México ocupa el primer lugar en muertes de personal médico en el mundo por COVID-19

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Al menos 1,320 trabajadores de la Salud han muerto en México atendiendo la lucha contra la pandemia por COVID-19, lo que lo sitúa como el país más mortífero para el personal sanitario en el mundo, según se desprende de un informe publicado por Amnistía Internacional. 

El estudio recoge que por lo menos 7 mil trabajadores sanitarios han perdido la vida en el mundo a causa de la enfermedad vírica. De esta cifra, el 18.8% de los decesos corresponde a México, lo que equivale a que 1 de cada 5 muertes entre los empleados de la salud ocurran en nuestro país. 

En total, México contabilizó al 25 de agosto 97,632 casos de COVID-19 entre los trabajadores del sistema de salud, lo que deja una tasa de letalidad del 1.3% entre el personal sanitario.

Los 1,320 fallecidos superan a los registrados en EE.UU. (1,077), Reino Unido (649), Brasil (634), Rusia (631), India (573), Sudáfrica (240), Italia (188), Perú (183), Irán (164) y Egipto (159).

Amnistía Internacional destacó el hecho de que el gobierno mexicano lleva un registro detallado de muertes de personas trabajadoras de la salud, con datos desglosados por edad, género y profesión. 

“Esta transparencia es esencial y todos los países deberían poner a disposición este tipo de detalles; también puede servir para explicar las inquietantes cifras de México en relación con otros países”, refirió el informe.

Steve Cockburn, director de Justicia Económica y Social de Amnistía Internacional, mencionó que «el hecho de que más de 7.000 personas hayan muerto mientras intentan salvar a otras es una crisis de una escala asombrosa. Todas las personas trabajadoras de la salud tienen derecho a estar seguras en el trabajo, es un escándalo que tantos estén pagando el precio final». 

El directivo dijo que tras muchos meses de pandemia, los trabajadores de la salud siguen muriendo a un ritmo espantoso en naciones como México, Brasil y Estados Unidos. El estudio resaltó que debe existir una cooperación mundial para garantizar que todas las personas trabajadoras de la salud reciban el equipo de protección adecuado para que puedan continuar su trabajo vital sin arriesgar sus propias vidas».

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