Icono del sitio Líder Empresarial

México Motors & Co.: 3 datos alentadores y 3 prioridades para el futuro de la industria automotriz mexicana

Escrito por Isauro López Rosso.

México tiene pocas historias de auge y éxito económico como la de la industria automotriz. Desde su inserción a principios del siglo XX y su punto de inflexión en la década de los sesenta hasta su consolidación con el TLCAN, la producción de vehículos ha sido un factor definitorio de la historia y el avance industrial del país. No es una hipérbole afirmar que hoy México es un gigante internacional en la producción y exportación automotriz, y las cifras indican que tiene un futuro todavía más alentador.

En primer lugar, México se ha convertido en un exportador neto de autopartes, logrando un superávit comercial en este rubro de 4,500 millones de dólares según el International Trade Center. Uno de los principales problemas que presentaba México a principios de siglo es que, a pesar de tener una industria automotriz establecida, el país importaba demasiadas de las piezas, maquinaria y equipo para manufacturar sus vehículos. Esto implicaba que mucho del valor agregado en la exportación de coches se realizaba en el exterior y México solamente se utilizaba como punto intermedio para hacer la labor de menor remuneración del ensamblaje. Tan solo en 2012 el país poseía un déficit comercial en autopartes de mil 500 millones de dólares. El país no sólo logró darle la vuelta a esta situación con un superávit comercial considerable, sino que hoy es el quinto exportador a nivel internacional de partes para vehículos. 

El segundo factor que ensalza el papel de México en el mundo es que en la última década México ha aumentado su market share en las exportaciones mundiales de vehículos del 5.3% al 7.7%. El país, además, se ha mantenido como el cuarto mayor comerciante a nivel internacional exportando en 2021 más 115 mil millones de dólares en vehículos, autopartes, motores y carrocerías. Este es un dato sumamente alentador si se considera la incesante competencia a nivel internacional por atraer ensambladoras automotrices y beneficiarse de sus exportaciones, sin mencionar la creciente presencia de China en este mercado. En tercera instancia, el país se ha establecido firmemente como el séptimo mayor productor de coches por número de unidades alcanzando los 3 millones 145 mil de vehículos anuales según la OICA. En comparación Alemania, en el sexto lugar, produce tan solo 4.5% más unidades que México mientras que Brasil se encuentra lejanamente en el octavo lugar con una manufactura 28% menor.

Te puede interesar:

El innegable éxito de la industria automotriz mexicana es sumamente prometedor para el desarrollo económico e industrial del país, sin embargo es necesario identificar y aprovechar las tendencias actuales para que este éxito se siga manifestando. Primeramente, es imperativo que México explote el fenómeno del nearshoring, o la propensión de las empresas de restablecer la manufactura de sus productos cerca de los centros de consumo. La pandemia y ciertos puntos de tensión geopolítica han instado a las corporaciones internacionales a repensar cómo y dónde se distribuyen sus cadenas industriales. El principio rector ya no es establecerse en el país más barato para producir, sino buscar aquel que pueda garantizar un flujo constante y seguro de productos. México ofrece a las empresas automotrices el lugar perfecto para desarrollarse debido a su cercanía con Estados Unidos (el mayor mercado de consumo en el mundo), su establecida red industrial, tratados comerciales extensos y relativa estabilidad política y económica. 

En segundo lugar, el país debe seguir impulsando la manufactura de autopartes a nivel nacional. No solamente porque el recién firmado T-MEC ofrece incentivos para que las fábricas mexicanas utilice componentes producidos en Norteamérica, sino porque esto generará una industria más robusta y que genera más valor para las economías locales. Finalmente, el sector automotriz, el sector privado y el gobierno mexicano deben de trabajar en conjunto para integrarse y aprovecharse de las nacientes industrias sostenibles. En específico, es necesario crear sinergias entre la producción de vehículos eléctricos, la industria del litio y la generación de energías limpias. Cada uno de estos sectores impulsa al otro y tiene el potencial de crear cientos de miles de empleos en México y avanzar los esfuerzos para afrontar la crisis climática. Es evidente que México tiene cimientos firmes y un gigantesco potencial en la industria automotriz. Solo hace falta darnos cuenta que el viento sopla en nuestro favor y aprovecharlo para seguir impulsando este pilar de la economía mexicana.

Salir de la versión móvil