El Informe de Competitividad Global (ICG) del Foro Económico Mundial sitúa a México como la 46° economía más competitiva en el mundo. la 2° en América Latina (únicamente superado por Chile, quien ocupa el puesto 33° a nivel global) y la cuarta en todo el continente americano (Estados Unidos se ubica en la 1° posición, Canadá en la 12°).
El ICG califica los factores que determinan la productividad de un país dentro del marco de la Cuarta Revolución Industrial, haciendo énfasis en temas de capital social, preparación para el futuro, negocios disruptivos, apertura de comercio de servicios, deuda, etcétera. La evaluación integra 98 indicadores organizados en 12 «motores de productividad» que determinan qué tan cerca se encuentran las economías de las naciones del estado ideal de competitividad.
En el informe del presente año, México ocupó la posición 46° de 140 países evaluados, con una calificación de 64.60 puntos (en una escala de 0 a 100), lo que representa un incremento de 0.46 puntos en relación a 2017, pero un descenso de dos posiciones.
El Foro Económico Mundial indica que la competitividad en el país está cimentada en gran parte por un entorno macroeconómico estable tras reducir la relación deuda pública/PIB al pasar de 46.04% en 2017 a 45.53% en 2018, y el gran tamaño de mercado con el que cuenta el país. Asimismo, el Foro Económico Mundial resalta el dinamismo empresarial existente en el país, favorecido por un marco regulatorio adecuado.
Sin embargo, uno de los elementos que afecta de manera negativa la calificación del país es su debilidad en el mercado laboral, en particular su rigidez y la dificultad por atraer y retener el talento profesional. Además, el organismo reseña el desafío que enfrenta México en términos del incumplimiento de los derechos de los trabajadores y de una elevada tasa impositiva laboral.
Por otra parte, el Foro Económico Mundial señala que una de las principales flaquezas de la nación es su inseguridad, reflejada en la violencia imperante en el país, la elevada tasa de homicidios y la desconfianza generalizada hacia los instituciones procuradoras de justicia.
De igual manera, el ICG sañala que México continúa rezagado en el rubro de educación, principalmente en la habilidad para enseñar a pensar y razonar.