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México, donde la seguridad se paga como equipamiento adicional

Nuestro país es un importante ensamblador de vehículos. Las marcas más comerciales del mundo confían en nosotros para ensamblar autos de calidad, bonitos, confiables y seguros… sí, para todos, menos para nosotros mismos.

Irónicamente, los estándares de seguridad que se incorporan por manos mexicanas a los automóviles de exportación no se aplican en México, gracias a la laxa regulación de seguridad vigente de nuestro país, la cual confunde economía con seguridad.

De este modo, un trabajador que en su vida laboral ha puesto más de un millón de bolsas de aire, seguramente conduce un vehículo que carece de ellas: si llega a tener un accidente, no podrá protegerse del impacto. Esto se lo debemos a nuestros legisladores, quienes consideran correcto que un modelo austero no cuente con determinados dispositivos de seguridad a cambio de un ahorro de unos cuantos miles de pesos. Ellos protegen la economía de la clase trabajadora nacional, mas no la integridad física.

En México, cada año hay miles de muertes en accidentes automovilísticos, número que podría disminuirse si se aplicaran los criterios obligatorios de seguridad, los cuales rigen los mercados a donde se envían los autos fabricados en la nación.

Ojalá nuestros representantes recientemente electos se pongan a trabajar en este tema para que elementos como frenos ABS, barras de protección o bolsas de aire se dejen de considerar como equipamiento adicional, similar a un estéreo bluetooth.

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