Icono del sitio Líder Empresarial

México, con herramientas para ser una potencia de la innovación

Por Rodrigo Castañeda Miranda. Tesorero de Canacintra nacional y presidente de la Delegación Canacintra Aguascalientes.

En el cambiante mundo actual, el impulso a la innovación es uno de
los factores indispensables para mantenerse a la vanguardia y acelerar el desarrollo económico. Desde 2007 se publica de manera anual
el Global Innovation Index (GII), un prestigioso estudio realizado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO, por sus siglas en inglés), la Escuela Internacional de Negocios INSEAD y la Universidad de Cornell, que clasifica los resultados en innovación de 130 economías y ofrece un completo panorama de las diferentes regiones alrededor del orbe.

Este índice mide el grado de innovación de cada país de acuerdo con el balance de determinados elementos y factores conocidos como inputs (instituciones, capital humano, infraestructura, sofisticación de mercado y ambiente de negocios), y lo que producen en términos de conocimiento, tecnologías y productos creativos (outputs).

En la primera edición de 2007, México se ubicaba en el lugar 37, y para 2009 habíamos retrocedido hasta el lugar 69. Una década después nos encontramos en media tabla, en el lugar 56 de 129 países: en 2019 nuestro país obtuvo una calificación de 36.06 puntos, ligeramente superior a la media global de 33.86. En comparación, los países top superan los 60 puntos. Naciones como Portugal, Eslovenia, Turquía, Grecia, Costa Rica, Rusia, Croacia, Polonia, Vietnam, Bulgaria, entre otros, nos han superado al pasar los años.

A nivel regional, México ocupa actualmente el tercer lugar de Latinoamérica, superado por Chile y Costa Rica, y el décimo lugar en las economías de nivel medio-alto. De acuerdo con el estudio, nuestro país se desempeñó en sintonía con el nivel esperado, sin retrocesos respecto a 2018. Tales noticias son relativamente buenas: por una parte, indican que nuestro país se mantiene estable a un año de los importantes cambios
en la administración gubernamental; pero también significan que no hemos crecido lo suficiente en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI).

Vale la pena destacar que nuestro país tiene una calificación de 44.74 en cuanto a inputs, pero sólo 27.38 en outputs. Esto significa que contamos con una importante cantidad y calidad de infraestructura, instituciones
y capital humano, pero no las aprovechamos de manera eficiente para producir patentes, artículos científicos, productos creativos y nueva tecnología. En el lado positivo, esto también indica que nuestro país tiene ahora mismo la capacidad para ser líder regional, y el potencial para convertirse a mediano plazo en líder global.

En el desglose de resultados, el GII señala como un punto débil la escasa inversión pública y privada destinada a CTI, ubicándonos apenas en el lugar 110 a nivel global en el subapartado de Inversión, correspondiente al rubro de sofisticación de mercado (Market Sophistication). En este sentido, es preocupante que siendo una de las 15 economías más grandes del mundo, en nuestro país no haya ninguno de los 100 mejores clústeres de CTI a nivel global.

Más allá de los números, estamos convencidos de que México debe apuntar a lo más alto. En la actualidad no es posible entender el crecimiento socioeconómico, el combate a la pobreza y los avances en la calidad de vida y desarrollo humano de un país, sin considerar a la ciencia, la tecnología e innovación como eje fundamental de estos cambios.

Los retos son grandes, pero también es verdad que nuestro país cuenta con los activos de innovación y el talento para lograrlo. Es tiempo de sumar esfuerzos en la construcción de un mejor ecosistema de CTI nacional, regional y local, y más aún en el contexto de la cuarta revolución industrial que estamos viviendo en la actualidad, la cual representa el paradigma económico de las próximas décadas.

Salir de la versión móvil