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México 2020: Migración y sus fronteras

Para la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la migración internacional es el movimiento de personas fuera de su lugar de residencia habitual hacia un país del cual no son nacionales. Para Giselle Arellano, la migración es un fenómeno social de carácter centenario, que involucra a millones de personas diariamente y que acontece (voluntario o no), entre distintos países vecinos. En México particularmente, la frontera con Estados Unidos es un espacio estático, donde día con día se recrea la relación entre ambos países y las relaciones políticas y económicas se remueven en el mar de sus condiciones.

Bajo un contexto histórico reciente, estos últimos 20 años, la población migrante internacional aumentó 62%: 173.2 millones de personas en el año 2000 y 2 décadas después la cifra aumentó a 280.6 millones de migrantes. Hoy día, con cerca de 281 millones de personas, 2020 ha sido el año de mayor migración internacional en el mundo desde que se tiene registro del suceso; hay que tener en cuenta que la cantidad podría haber sido mayor de no haberse presentado la crisis por la  pandemia de COVID-19. 

Dentro de esta estimación, Arellano entra en materia de los números que representan una versión resumida de la manera en que ha aumentado la necesidad de ser transnacional dentro de Latinoamérica. Después de todo, no sólo en México, pero en el mundo, la migración está relacionada con una variedad de motivos diferentes, incluidos los problemas económicos, la pobreza, el aumento de la desigualdad y la lucha por mejorar los niveles de vida. 

México es el tercer país que registró más migrantes internacionales durante el año pasado con 11.2 millones de personas registradas, esta cifra es superada por India con 17.9 millones y China con 11.6 millones. Asimismo, durante el 2020 más de la tercera parte de las personas nacidas en México y residentes en Estados Unidos han obtenido la ciudadanía vía naturalización. Esta cifra aumentó entre 2006 y 2019, de 2.5 millones a 4.1 millones. 

Las estadísticas presentadas con anterioridad demuestran que México es un país en el cual el tema migratorio está intrínsecamente ligado a nuestro contexto de vida, tanto en temas de movilidad personales como laborales. Los altos índices de migración hacen necesario para Giselle Arellano, una aproximación al tema migratorio que parta de la generación de una política pública, que contemple la complejidad de la situación, y la responsabilidad compartida de los países en nuestra región, pero, sobre todo, que tenga como base a los derechos humanos y el concepto de seguridad humana.

En contraste a las estadísticas principales, Estados Unidos es el primer destino para la población migrante internacional y casi siempre, con pasaje obligatorio por el país mexicano. En 2020, recibió 50 millones 632 mil 836 migrantes. A estas cantidades le siguen Alemania quien recibió 15.7 millones y a Rusia con 11.6 millones; como los países que perciben mayor migración cuantificada bajo términos regularizados.

En cuanto a la población migrante almacenada, es decir, en zonas que perciben éxodo de diferentes países, el corredor migratorio más concurrido del 2020 fue el de México y Estados Unidos. Aunado al tema político, La División de Población de las Naciones Unidas estimó que, en 2020, había 11.2 millones de personas mexicanas migrantes en el mundo; esta en su mayoría se concentró en Estados Unidos. Este hecho presenta para el país norteamericano cambios sociales forzados, donde la seguridad, el comercio y los empleos son dimensiones esenciales en el entendimiento del cómo y cómo regular el mismo proceso. 

Las oportunidades de negociación entre la frontera, para ambos países, son plausibles; más para transitar en esa dirección deberían darse ambos gobiernos el derecho de conducir a negociación sobre el fenómeno migratorio por los mismos cauces de cooperación y entendimiento que les han permitido avanzar en otros rubros de la agenda política.

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