El nearshoring, estrategia en la cual las empresas trasladan sus operaciones a países cercanos a su mercado principal, ha ganado relevancia significativa en los últimos años.
Gracias a su proximidad con Estados Unidos y una mano de obra competitiva, México se encuentra en una posición privilegiada para aprovechar esta tendencia. No obstante, la infraestructura logística enfrenta desafíos importantes que deben superarse para capitalizar plenamente esta oportunidad.
México, bajo en desempeño logístico
De acuerdo con el Índice de Desempeño Logístico 2023 del Banco Mundial, México ocupa la posición 66 de 139 países (con una calificación de 2.9).
Esta clasificación representa una caída respecto a 2018, cuando el país se encontraba en el lugar 51 (con una calificación de 3.05). México se ubica por debajo de Canadá, Estados Unidos, Brasil, Panamá, Chile, Perú, y Uruguay, y está empatado con Colombia, Costa Rica, Honduras, y Antigua y Barbuda.
Las métricas desglosadas indican áreas de mejora significativas:
- Aduanas: 2.5
- Infraestructura: 2.8
- Envíos internacionales: 2.8
- Competencia logística y calidad: 3.0
- Oportunidad: 3.5
- Rastreo y seguimiento: 3.1
Además, el reporte señala que México tuvo resultados negativos en el indicador «Mean import dwell time of containers around the world in ports«. Este mide el tiempo que un contenedor permanece en el área portuaria esperando su despacho y entrega, en el caso de importaciones, y su carga en el barco, en el caso de exportaciones.
En México, este tiempo varía entre 8 y 16 días, uno de los peores desempeños en América. Estos datos subrayan la necesidad urgente de modernizar y ampliar la infraestructura logística para mejorar la competitividad del país en el mercado global.
Deficiencias
En este sentido, los puertos marítimos de México presentan deficiencias serias. Pablo Cuevas, fundador de Pabal Logistics, referente en servicios de comercio exterior, aduanas y logística internacional, destaca que puertos como Manzanillo y Veracruz son especialmente ineficientes.
Manzanillo, por ejemplo, se ha vuelto muy pequeño para la demanda de servicios que requiere. Cuevas explica: «El despacho de un contenedor, que antes tomaba tres o cuatro días, ahora puede tomar hasta doce días debido a la ineficiencia de los operadores portuarios«.
Estos retrasos impactan directamente en la competitividad de las operaciones comerciales, elevan los costos logísticos y afectan la puntualidad de las entregas.
En las aduanas fronterizas, las ciudades de Ciudad Juárez y Tijuana también enfrentan problemas similares. Las demoras en puertas y fronteras aumentan los costos operativos de las empresas. Estos desafíos se deben principalmente a una infraestructura insuficiente y a procedimientos burocráticos tanto lentos como complicados.
Los costos adicionales generados por la ineficiencia portuaria son significativos. Cuevas menciona que «Lo que antes podía despacharse en tres o cuatro días ahora toma diez, generando costos ocultos que pueden incrementar los gastos logísticos entre 10 y 20%«.
Estos costos ocultos afectan la competitividad del producto en el mercado y desalientan las operaciones de importación. A su vez, la burocracia y los trámites aduanales son otros obstáculos fuertes.
Cuevas señala que “para algunos productos o insumos, se requieren permisos adicionales o no arancelarios que no son automáticos y que ralentizan la operación”.
Los trámites no arancelarios y la falta de automatización en los procesos aduanales dificultan el comercio eficiente, lo que añade complejidad y tiempo a las operaciones. Por ejemplo, los avisos automáticos para importar ciertos productos “no son ni avisos ni automáticos”, ya que requieren autorización manual.
La inseguridad y la insuficiencia de la infraestructura ferroviaria agravan la situación. Lázaro Cárdenas, un puerto con potencial de crecimiento, se ve limitado por problemas de inseguridad. Además, aunque el transporte intermodal es más económico, es ineficiente debido a la falta de capacidad ferroviaria. «Mover un contenedor por transporte intermodal puede tomar más tiempo que por camión, debido a la falta de asignación de espacio en el ferrocarril«, explica Cuevas.
La delincuencia en algunas zonas también desalienta a los transportistas, afectando la disponibilidad y eficiencia del transporte.
Posibles soluciones al desempeño logístico
Para superar estos desafíos, es crucial expandir y modernizar los puertos existentes, así como desarrollar nuevas terminales intermodales.
Manzanillo, por ejemplo, necesita crecer, pero ya no hay espacio. Se deben considerar alternativas como desarrollar recintos fiscalizados interiores (y apostar por las ya existentes) donde se puedan realizar las operaciones aduanales.
Cuevas sugiere que los puertos marítimos y fronterizos deberían funcionar como filtros, manejando el flujo de mercancías de manera más eficiente y menos invasiva. «La infraestructura de los puertos y las fronteras debería funcionar meramente como un filtro, permitiendo una revisión menos invasiva y mucho más rápida. Si quieres revisar los contenedores, mándalos a 100 kilómetros adentro o a un espacio muy grande, y allí haz todas las revisiones que necesites«, propone Cuevas.
Además, la mejora en la infraestructura ferroviaria es esencial para agilizar el movimiento de mercancías. La digitalización de los trámites aduanales y la automatización de procesos son igualmente soluciones viables, menciona el fundador de Pabal Logistics.
Automatizar los permisos y utilizar tecnologías como rayos X y gamma para inspecciones menos invasivas puede reducir tiempos y costos. La Ventanilla Única de Comercio Exterior Mexicana (VUCEM) debe integrarse plenamente para facilitar estos procesos.
Un caso relevante es el de la aduana de Colombia en Nuevo León, que, a pesar de su eficiencia en tiempos de despacho, enfrenta desafíos. Aunque se encuentra a solo 40 kilómetros de Nuevo Laredo, muchos importadores y exportadores dudan en utilizarla debido al costo adicional del transporte y la falta de incentivos fiscales.
«Colombia es muy eficiente, pero los inversionistas no han querido instalarse allí debido a esos 80 kilómetros adicionales. No ha habido suficientes incentivos fiscales, ni siquiera para los transportistas, para que no incrementen el costo«, comenta.
Además, los inversionistas no han querido invertir en bodegas en esa zona, lo que limita aún más su uso. Este caso destaca la necesidad de políticas que incentiven el uso de infraestructuras eficientes y reduzcan los costos adicionales para las empresas.
Aprovechar el nearshoring
El nearshoring ofrece una oportunidad inigualable para México, pero, para aprovecharla plenamente, es imperativo mejorar la infraestructura logística. La posición geográfica de México es una ventaja natural, pero solo con una infraestructura eficiente y procesos automatizados se podrá atraer más inversiones y mejorar la competitividad.
“Superar estos desafíos es posible y necesario para consolidar a México como un líder en el comercio internacional. El gobierno mexicano está obligado a actuar rápidamente para optimizar la infraestructura y los procesos logísticos, de manera que se puedan ofrecer beneficios tangibles a los inversionistas y mejorar la eficiencia operativa de las empresas que decidan establecerse en el país”, finaliza Pablo Cuevas.