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Mauricio Flores: Concentración vertical

El profesionista y aventurero queretano Mauricio Flores Rivera comparte cómo el montañismo se ha convertido en una forma de vida. Con sólo 33 años de edad, ha tenido la oportunidad de escalar el punto más alto de México: el Pico de Orizaba.

«Conocí el montañismo radicando en Querétaro; aprendí a convivir y hacerlo parte de mi vida. Para unos es un deporte, para otros una forma de vivir», apunta Flores. 

Mauricio es ingeniero arquitecto por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), pero su pasión de vida es el montañismo, deporte que practica desde hace siete años. 

Menciona que su gusto por las montañas se dio por intercesión de un amigo, el cual lo invitó al punto más alto de Querétaro: el Parque Nacional el Cimatario. Ahí Mauricio se enamoró de este tipo de aventuras, por lo que decidió ir por más. 

«En ese momento supe que quería explorar más montañas y sus rutas. Puse manos a la obra y viajé por las montañas más altas de México«, comparte. 

Para Mauricio, la concentración en el montañismo es algo esencial, debido a que se necesita fortaleza mental y determinación para concluir con la ruta. Asimismo, menciona que el peligro es normal en la montaña, por tanto es importante aprender a guardar la calma mental.

«Cuando llevo a alguna persona nueva, le digo que será su mejor y peor día. Te aprendes a conocer en nuevas circunstancias, lo que se puede tornar difícil, cansado y frustrante. Como toda lucha, tiene su recompensa. Los paisajes que nos regala la montaña son sinónimo de que todo valió la pena«, afirma.

Flores asegura que escala todos los fines de semana, ya sea solo o en grupo. Para él es importante llevar todo lo indicado, puesto que cada ruta suele ser distinta; además, se requiere de buena condición, adaptación y resistencia.

Por otro lado, Flores afirma que el ejercicio es esencial en la vida diaria de cada persona. Este momento de relajación ayuda a tener la mente distraída ante las circunstancias de la rutina diaria.

«El ejercicio, como la actividad en montaña, ha sumado calma a mi vida diaria. Me conecta con un momento de tranquilidad ante las circunstancias y me invita a conocer escenarios que pocos han vivido», concluye Mauricio. 

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