Para muchas mujeres, la maternidad es una de las etapas más gratificantes; sin embargo, la iniciativa privada en México aún no tiene las condiciones adecuadas para acompañarlas en este proceso. El camino es largo, así que cada espacio que se conquista o cada libertad que se consigue es digna de celebrarse.
En esta ocasión nos reunimos con dos madres de alto perfil profesional: Patricia Álvarez Vera, directora de Demanda y Delivery de Tecnologías en ABInbev, y Guadalupe Castañeda, líder de Mercados en Crecimiento de EY, México. Ambas nos comparten los aprendizajes que les trajo ejercer la maternidad en el mundo laboral, así como las victorias que alcanzaron para las mujeres que siguen sus pasos.
Ser madre y profesionista en México
La Organización Internacional del Trabajo (ILO por sus siglas en inglés) considera que “la preservación de la salud de las trabajadoras embarazadas y de las madres en período de lactancia, así como la protección contra la discriminación laboral, son condiciones esenciales para la consecución de una genuina igualdad de oportunidades”.
Si bien no existen limitantes tangibles para las madres profesionistas, una investigación del COLMEX demuestra que son penalizadas por el mercado laboral al querer reinsertarse y continuar con su carrera. Además de la dificultad que implica buscar asesores y espacios adecuados para dejar a sus hijos, en promedio reciben una sanción salarial del 36% y su empleabilidad durante el embarazo disminuye alrededor del 40%.
Algo que no se debe perder de vista es que, durante once años después del embarazo, las mujeres con hijos tienen salarios 16% menores que las que no fueron madres. La penalización salarial varía de acuerdo con el grupo sociodemográfico, por lo que madres jóvenes o de estratos bajos llegan a percibir ingresos entre 18% a 32% menores que los de sus compañeras.
El embarazo parece ser la antesala de una serie de desafíos. El panorama desfavorecedor continúa para las madres que recién dan a luz y hasta seis años después del nacimiento: su empleabilidad cae hasta el 62% y difícilmente se recupera. Respecto a puestos directivos, el mismo estudio deja en claro que sólo el 7% de las mujeres se encuentran en ese estatus (del cual sólo el 36% tiene hijos).
Oportunidades desaprovechadas
Con mayor frecuencia las madres emplean el término “licencia de maternidad”, en lugar de “incapacidad por maternidad”, ya que el puerperio y la crianza temprana no limitan, en ningún sentido, sus capacidades.
El estudio del COLMEX menciona que las empresas están desaprovechando las capacidades y la nueva visión que trae la maternidad. Sin más rodeos, plantea que es esencial que las madres accedan a sus derechos laborales y se creen nuevos espacios para su realización tanto profesional como maternal.
La elección de maternar y perseguir el éxito
Patricia Álvarez Vera y Guadalupe Castañeda comparten la manera en la que han sobrellevado la maternidad sin pasar por alto su trayectoria profesional. Mencionan que, al desempeñarse en un mundo con poca participación femenina, les tocó derribar estereotipos de género y suposiciones erróneas de sus colegas.
Cada una a su manera eligió demostrar que la maternidad no está peleada con su desempeño en cargos de relevancia empresarial. Patricia Álvarez explicó que existía cierta estigmatización hacia las madres hace unos años, por lo que ha hecho lo que está en sus manos para difuminar esas creencias. Guadalupe Castañeda, por su lado, hizo explícitas sus actividades como madre para generar la empatía de sus compañeros y clientes.
“Por mi cabeza nunca pasó el dejar mi vida profesional, para mí nunca fue una opción. Trabajo porque me gusta, me siento plena con eso. Siempre trato de ignorar los sentimientos de culpa que la sociedad intenta generar en mí por ser madre y profesionista; en cambio, sé aprovechar el tiempo con mi hijo y compenso unas cosas con otras”, puntualizó Guadalupe Castañeda.
Elegir cuándo y de qué manera ejercer la maternidad es decisión de cada mujer. Esta visión permite que las profesionistas pongan en una balanza ambas áreas. No importa si el parto está a la vuelta de la esquina, si las condiciones lo permiten, algunas se dan el tiempo para dejar todo listo antes de iniciar su licencia de maternidad.
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“Debemos tener la conciencia de cuánto invertir en qué. Lo que me ha ayudado es hacerme consciente de que la decisión de dedicarme a mis hijos es mía y de nadie más. El tiempo que les dedico no me lo mueve nadie. Yo elijo estar con ellos y no me importa lo demás. Ahora, al revés, hay días en los que he sacrificado presentaciones de mis hijos por trabajo, profesionalmente se me han presentado situaciones que debo atender, así que gracias a eso hemos logrado muchas cosas”, mencionó Patricia Álvarez.
Al ser pioneras del ejercicio de la maternidad en sus empresas, Patricia y Guadalupe han abierto el camino para que otras mujeres lo hagan con libertad. Desde el inicio han recibido el apoyo de las organizaciones, aunque la lucha todavía no termina. Esto dicen ambas:
Patricia Álvarez: “En mi organización hemos avanzado muchísimo, ya tenemos salas de lactancia, tenemos un programa para regresar después de una licencia de maternidad. Estoy sumamente contenta de estar en una compañía así, pues me apoyan en todas las locuras que propongo. Aun así, no dejo de ver a compañeras que se quedaron en el camino, ya sea porque decidieron ser madres de tiempo completo o que ya están tirando la toalla. Necesitamos luchar contra un modelo sumamente complejo, donde tenemos que recordar constantemente que existimos”.
Guadalupe Castañeda: “Hice estudios en la firma para entender por qué se iban las mujeres, pues tenemos un rol muy importante en ella. Después de interpretar la realidad, entendimos que hay muchas aristas y no necesitamos escondernos una de la otra. Los lugares de trabajo, como el nuestro, deben dar la oportunidad de trabajar en los horarios que tú puedas, mientras entregues resultados. Es necesario tomar a alguien como ejemplo y ver que sí se puede; hay que afrontar las dificultades y evaluar el propio camino”.
Equilibrio, la medida de todas las cosas
En resumen, Patricia Álvarez Vera y Guadalupe Castañeda consideran esenciales los siguientes puntos para lograr el equilibrio en la maternidad y eliminar en gran medida el caos:
- Decidir con base en la congruencia. Las mujeres necesitan tomar las decisiones por ellas mismas. En este sentido, es válido elegir la vida profesional sobre la personal, buscar el balance o dedicarse a la maternidad de tiempo completo.
- Generar redes de apoyo. Relacionarse con otras madres y aceptar la asesoría de expertos permite una crianza óptima.
- Negociar con las organizaciones y consigo mismas. Está bien poner límites en cuanto a horarios y actividades, de tal forma que se dé la relevancia suficiente a las obligaciones personales y profesionales (sin que interfieran entre ellas).
- Aceptarse como imperfectas. Es necesario romper con la idea de que las mujeres deben “trabajar como si no tuvieran hijos y maternar como si no fueran profesionistas”. Se debe aceptar que hay momentos para todo y que el apoyo nunca está de más.
- Luchar por los derechos básicos. Estas madres de alto perfil, al igual que las que las precedieron, han contribuido a la habilitación de espacios adecuados (salas de lactancia y guarderías), así como al respeto a los derechos fundamentales como profesionistas.