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Marissa González: Nuevo gobierno, nuevas posibilidades para la inclusión

“Quizá algo que nos falta como sociedad es la capacidad de ser empáticos, de poder darnos cuenta que antes de cualquier discapacidad, todos somos seres humanos y tenemos los mismos derechos”.

Contadora de profesión, la vida llevó a Marissa González Duque a conocer de primera mano las necesidades, las barreras con las que se topan y la poca accesibilidad que tienen las personas con discapacidad ante el mundo que los rodea, una situación que la envolvió desde el núcleo familiar, teniendo la fortuna de tener en casa a un integrante con síndrome de Down.

Marissa González, Intégrame Down

De cara a los retos que tenía por enfrentar, Marissa decidió dedicar su tiempo y esfuerzo para dar voz a este sector, liderando desde hace ya varios años la asociación Intégrame Down A.C., una oportunidad para intervenir a favor de la inclusión y desarrollo de las personas con discapacidad, en un entorno al que aún le falta camino por recorrer.

“En San Luis Potosí vamos avanzando, pero en realidad no hemos logrado todo lo que se quiere; si uno se acerca al sector educativo es menos de la mitad de las instituciones que reciben a personas con otra condición o con discapacidad intelectual. Lo mismo pasa en todos los demás ámbitos”, explica Marissa. 

Un sector con gran potencial

Comenta, el trabajar con personas con discapacidad ha sido un privilegio, brindándole grandes aprendizajes y la filosofía de siempre ser agradecidos, pues esta convencida de que —pese a las dificultades— ellos siguen persiguiendo el sueño de salir adelante, contando con un gran potencial que traería múltiples beneficios para cualquier sector en el que se desenvuelvan, algo de lo que aún no da cuenta el entorno que los rodea.

“El beneficio es lo que aprendemos de ellos, el respeto, la tolerancia y la diversidad. Yo creo que entre todos podemos lograr construir un mundo más incluyente”, señala Marissa. 

¿Qué nos hace falta? 

Lo que es un hecho, es que cualquier persona se va a desarrollar si se le da una oportunidad de educación, oportunidades para enriquecer sus capacidades, trabajarlas y desarrollarlas, para posteriormente ponerlas en práctica, ¿por qué no hacerlo también con personas con discapacidad?

En ese sentido, Marissa expresa que, si alguien es bueno para pintar, para la ciencia, el arte o la ingeniería, solo haría falta integrarlos a los espacios adecuados para el aprendizaje, permitirles explorar y recibir la capacitación necesaria; una tarea que tienen en conjunto el gobierno, los organismos educativos y las empresas en el estado, pues se habla de un derecho fundamental más que de una petición.

“El llamado más importante es para el gobierno, que intervenga desde la educación, la cual es pieza fundamental para que las personas con cualquier discapacidad puedan acceder posteriormente a una carrera profesional e integrarse al mundo laboral” concluye.

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