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Maricarmen Medrano: una líder en el sector energético

Durante varios años, el sector energético ha sido dominado por hombres. Muy pocas mujeres tienen la oportunidad de involucrarse en él y las malas situaciones que viven debido a su género aún están presentes.

Maricarmen Medrano es una mujer que cuenta con una gran trayectoria en este ámbito, en el cual ha destacado por su liderazgo y perseverancia. Sus casi 20 años de experiencia la han posicionado como toda una pionera en el campo energético.

Medrano participó en el Green Power Group y actualmente se desempeña como Trading Originator en Shell. Sin duda, es ejemplo de que la inclusión de las mujeres puede revolucionar este sector.

Líder Empresarial (LE): ¿Cómo ha sido tu desarrollo en esta industria? ¿Cuáles han sido los principales retos a los que te has enfrentado?

Maricarmen Medrano (MM): Mi primera experiencia en el sector energético fue en 1999, cuando entré a trabajar a Shell durante un año para un proyecto. Me encantaron los valores de la empresa y llamó mi atención la importancia que la diversidad y la inclusión tienen en la cultura de Shell.

Posteriormente, entré a trabajar a otra empresa de energía y fue ahí en donde entendí, por primera vez, los retos a los cuales se enfrenta una mujer en este campo. Encontré que las mujeres no siempre tenemos las mismas oportunidades que los hombres y que debemos esforzarnos mucho más para lograr tener éxito y reconocimiento. También experimenté, por primera vez, el acoso sexual sin tener manera alguna de hacer algo al respecto. Después de seis años, me di cuenta de que no iba a crecer si me quedaba en el mismo lugar.

Afortunadamente, Shell me abrió sus puertas de nuevo para ser gerente de operaciones de sus actividades en Gas Natural Licuado (GNL). Preferí tener un sueldo menor con tal de poder trabajar en una empresa en donde pudiera crecer por mis propios méritos, sin que el ser mujer se convirtiera en una limitante. En Shell he trabajado por más de once años y he tenido la oportunidad de aprender de todos los negocios de la compañía.

El mayor reto al cual me he enfrentado es al de tener hijos, mientras tengo un trabajo que me apasiona, me reta y me presenta oportunidades reales de crecimiento. Tengo la fortuna de tener un esposo que se hace responsable de sus hijos tanto como yo; sin embargo, sigue siendo un reto balancear mi vida laboral con la personal. Soy perfeccionista e intento ser cada vez mejor en mi trabajo sin descuidar mi hogar.

LE: ¿Qué piensas sobre las dificultades que enfrenta la mujer en el ámbito laboral?

MM: Me parece que el hecho de que para las mujeres sea más complicado desarrollarse profesionalmente es un tema cultural, que tanto hombres como mujeres tenemos arraigado. Muchas veces experimentamos culpa al no ser nosotras las que cuidemos a nuestros hijos cuando están enfermos, por no pasar más tiempo a su lado o por no poder llevarlos a todas las fiestas.

Por otro lado, es común asistir a muchas reuniones de la industria en las cuales hay baja o nula presencia de mujeres. Hay veces en las que no nos dan la palabra por el simple hecho de ser mujer. Ante ello, tenemos que ser firmes y exigir el mismo derecho para hablar que tienen los hombres. A mí me ha pasado que piensen que mi única función durante la reunión es tomar notas, cambiar las diapositivas de una presentación o traducir del inglés al español.

LE: ¿Cómo podrían más mujeres incursionar en esta industria?

MM: Creo que es importante que nosotras mismas nos demos cuenta de lo que somos capaces y luchemos por hacer lo que queremos.

También, las empresas pueden apoyarnos de una manera más tangible. Hace unos días escuché en un panel con tres mujeres muy exitosas algo que me parece fundamental: las 3 R que son necesarias para promover una mayor diversidad en las organizaciones. Son: Rights (derechos), es decir, trabajo igual, sueldo igual; Representation (representación), que las mujeres estén representadas en los consejos de administración y en posiciones clave de los negocios; y Resources (recursos), ¿qué ofrecen las firmas para compaginar la vida personal y la laboral?; por ejemplo, cuartos de lactancia, horarios razonables y flexibles, ausencias por maternidad y ambiente laboral libre de acoso sexual.

Enfrentamos una paradoja. Los hombres cuentan con algo de margen para ausentarse del trabajo o para encontrar espacios en horas laborales; sin embargo, cuando dicen que deben tomarse tiempo para alguna cuestión relacionada con los hijos, de inmediato surge la pregunta: ¿Qué no los va a llevar su mamá? Y las mujeres, aunque no tienen el mismo margen que los hombres para ausentarse del trabajo, aún son percibidas como las que deben encargarse de los hijos. Debiera existir una igualdad de derechos y de expectativas en este tema, independientemente del género. La política pública para el cuidado de la familia debe ser equitativa para hombres y mujeres. Esto ayudaría a balancear la carga de trabajo en el hogar.

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