Dijo alguna vez el célebre fotógrafo mexicano Manuel Álvarez Bravo que “el principal instrumento de un fotógrafo son sus ojos…””. Marco Garfias, arquitecto de profesión y fotógrafo por vocación, aplica esta premisa cada vez que explora escenas, formas y texturas en una obra de construcción para captar imágenes de alto valor estético.
Egresado de la Licenciatura en Arquitectura por parte de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, relata que se esfuerza en estas disciplinas porque ambas buscan un atractivo en particular, pero requieren de una intención creativa, así como de una visión artística.
Como arquitecto, documenta el proceso de transformación de una idea abstracta en algo tangible y duradero por medio de la fotografía. Como fotógrafo, escapa del proceso constructivo para encontrar la estética oculta en instantes, lugares, objetos y personas que son parte de ese ambiente.
“Intento ser capaz de ver más allá de lo obvio y encontrar composiciones interesantes, ángulos únicos, patrones y texturas que otros a simple vista pueden pasar por alto. También busco la emoción y la esencia de un momento o situación en particular; con imágenes que transmitan una sensación de profundidad y significado”, expresa.
Pasión por dos mundos
Marco Garfias relata que el amor por la fotografía y la arquitectura surgió tras compartir experiencias positivas al lado de su padre, mientras que lo acompañaba en las obras y pasaba tiempo en su despacho de arquitectura y construcción.
Aunque son áreas ajenas, asegura que ambas encuentran su punto de equilibrio en la composición: requieren una cuidadosa armonía visual para crear una imagen o escena de alto valor estético.
Del mismo modo, coinciden en elementos visuales. La arquitectura se compone de formas, volúmenes, vacíos, iluminación, texturas y tonalidades. La fotografía se basa en la luz, el encuadre, la perspectiva, el contenido y los claroscuros.
A su vez, la fotografía depende en gran medida del manejo de la iluminación para crear ambientes dramáticos. De manera similar, la arquitectura es influida por la luz para percibir volúmenes y espacios.
Finalmente, el uso del espacio. La arquitectura distribuye el espacio físico, mientras que en la fotografía se emplea para delimitar la composición de las imágenes.
Por influencia de su padre, no sólo heredó el nombre sino también la tradición taurina de la familia. Al igual que en las otras áreas, la tauromaquía representa otras de sus expresiones artísticas por el ritmo, equilibrio y elegancia de los movimientos durante la práctica de una faena.
Capturar más allá de lo documental
Motivado por hacer fotografías más allá de lo meramente documental, Marco Garfias aprovechó la disciplina como medio de expresión creativa para desarrollar imágenes de alto valor estético, técnico y de cuidado compositivo, es decir, fotografías que generen emociones, relaten historias y documenten la realidad.
A través de su lente, ha experimentado con la composición, el encuadre, la perspectiva, la iluminación y diferentes temas para crear proyectos que sean artísticamente excepcionales.
La práctica y la experiencia a lo largo de los años, sumado a una sensibilidad artística e intuitiva que adquirió para percibir los detalles únicos de una escena o sujeto le permitieron realizar trabajos de mayor calidad.
No obstante, asegura que la creatividad fotográfica no es algo que se invente de la nada, sino que surge de la experimentación constante, la observación, el estudio y la imitación de las obras de otros artistas para desarrollar imágenes creativamente propias, originales y con un toque personal.
“La fotografía me permite explorar la belleza de la naturaleza, de las personas y el mundo que me rodea. Intento capturar y transmitir emociones y sensaciones en cada una de las imágenes que produzco, es mi manera de expresión creativa”, destacó.
Imágenes que transmiten historias
Inspirado en el legado de tres fotógrafos mexicanos que han influido en su faceta artística: Guillermo Kahlo, Manuel Álvarez Bravo y Juan Rulfo, destaca su estilo documentalista y el interés por retratar la arquitectura citadina y rural, así como las texturas, los paisajes y retratos.
A consideración de Garfias, los aspectos técnicos son útiles para evaluar su trabajo fotográfico pese a que es un proceso subjetivo y depende de la perspectiva del espectador; sin embargo, al igual que los autores de referencia resalta que la historia que revelan sus imágenes es esencial para valorar la calidad y el valor artístico de su obra.
“Mis fotografías las utilizo como una forma de contar historias y documentar la realidad. Al capturar momentos, lugares y objetos para convertir lo ordinario en extraordinario creo una crónica-relato del mundo que me tocó vivir y de mí mismo”, argumenta.
Entre su acervo fotográfico, destacó los proyectos fotográficos del Museo Laberinto de las Ciencias y las Artes, el Centro de las Artes de San Luis Potosí, el Museo Leonora Carrington y Conjunto Tangente 52 como los más satisfactorios al exigirle un mayor grado de desafíos, creatividad, tiempo y esfuerzo para superarse.
“Al final del proceso todo esto genera una sensación de logro y satisfacción debido al esfuerzo y la dedicación invertidos en esos proyectos”, abundó.