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Manos, la expresión a través de la guitarra

Apostada en el corazón del Barrio de la Estación, donde La Alameda se une a las vías del ferrocarril, se encuentra Manos, la Escuela de Guitarra creada por Sergio Vallín, un espacio donde estará compartiendo su amor por la música y su pasión por la guitarra, a todos aquellos que -como él- han encontrado en sus manos la manera de expresar sus sentimientos.

La entrada principal es custodiada por Carlos Santana, quien es acompañado por figuras como Agustín Barrios, Paco de Lucía, B.B. King, Jimi Hendrix, Slash, Gustavo Cerati y otros, cuyo común denominador es el legado que han dejado a la música universal.

En este lugar -que le ha devuelto la vida a la zona gracias a los llamativos murales y donde décadas atrás había lavaderos públicos y luego un centro de desarrollo comunitario-, nos recibe el guitarrista del grupo Maná para platicarnos de su proyecto, cuya idea comenzó a gestarse hace cuatro años y que finalmente está listo para abrir sus puertas.

Líder Empresarial (L.E.): ¿Qué fue lo que te inspiró para hacer este proyecto?     

Sergio Vallín (S.V.): Cuando llegué a Aguascalientes, tenía 13 años, empecé a estudiar guitarra clásica en la Casa de la Cultura y posteriormente me convertí en maestro, también de la Casa de la Cultura, tenía yo como 16 o 17 años, y siempre me gustó dar clases. Tuve alumnos, por supuesto niños, pero también hubo por ahí algún adulto que de repente llegaba y decía: “-Quiero hablar con el maestro, -Pues yo soy el maestro”, (ríe). Fue muy bonito porque aprendí muchísimo. Siempre la educación ha sido algo muy importante para mí y qué hubiera querido en esa época tener una escuela con las características y que cubriera mis necesidades como músico, porque vas creciendo y vas necesitando más. Iba mucho a Guadalajara, a León, a México y aquí en Aguascalientes hay escuelas magníficas, pero desde hace algunos años tuve la inquietud de hacer una escuela de guitarra específicamente. Yo soy guitarrista y creo que no hay escuelas especializadas en guitarra, además que de repente es muy complejo dar clases de otros instrumentos, entonces así surgió la idea de la escuela de guitarra y así surgió Manos.

L.E: Cuando empezaste tu trayectoria, ¿te imaginabas este proyecto?

S.V: No, no así, tuve la oportunidad de estudiar y participar como maestro también y como socio en alguna otra escuela, y muy bien, pero jamás imaginé tener una escuela de guitarra, y ahora que ya la veo tangible, la verdad que me siento muy emocionado de poder compartir esto con la gente que le gusta la música, la guitarra en especial.

L.E: ¿Quiénes te ayudaron con el proyecto, con la obra?

S.V: Contraté a dos arquitectos, uno de ellos Diego Díaz Torre, que creció en este barrio, y creo que dieron en el clavo al colocar las celosías, asemejando lo que fueron los lavaderos, me gustó mucho la idea. Yo siempre les dije que la Alameda es uno de los lugares más bonitos y emblemáticos, además que está el ferrocarril, me fascinan los trenes. También me di cuenta que a los chavos les gusta expresarse, entonces contactamos a uno de los grafiteros más importantes de Aguascalientes, a Saúl, y le entró al proyecto. Todo lo que es la fachada es un mural gigantesco que hizo él y todo su equipo de trabajo, -que por cierto felicito a todos los grafiteros de Aguascalientes-. Los personajes que están ahí son guitarristas que me han influenciado desde niño; visto de frente de izquierda a derecha, el fondo hasta la mitad es color terracota y después es azul, significa que los primeros guitarristas ya murieron y los otros están vivos. Traté de que estuvieran ahí presentes guitarristas de diversos géneros, épocas y los que están vivos siguen tocando, pero los que no, están en el corazón y en las manos de todos.

L.E: ¿Es como un homenaje?

S.V: Por supuesto, es un homenaje a todas esas personalidades que me han influenciado a mí como guitarrista. Yo creo que todos los guitarristas hemos estado influenciados por ellos.

“Aquí en cada centímetro de Manos está mi corazón y el sudor también”, Sergio Vallín.

 

L.E. Esto nos lleva a los murales que tienes dentro de la escuela…

S.V: Yo creo que era muy importante crear un lugar que te sientas como en casa, que te sientas arropado, que también te proponga algo artísticamente, desde el edificio en la arquitectura, pero también visualmente que sientas que te está diciendo algo. En nuestro auditorio el mural que vemos atrás es uno hermoso, hecho por Jorge Ramírez.

El auditorio se va a llamar Agustín Barrios; él fue uno de los compositores de guitarra clásica más importantes en el mundo. Él era de Paraguay, era indígena, en su memoria será el auditorio. Tiene uno de los repertorios para música clásica más importantes en el mundo ahora, porque antes no se conocía mucho, pero guitarristas como John Williams, Berta Rojas, David Rusell, se han encargado de difundir la música de Barrios.  Y es él (en el mural) y sus obras más emblemáticas, como La Catedral, y otra que se llama Las Abejas. Jorge lo interpretó muy bien; cuando llegó con la idea dije ¡wow!, diste en el clavo, sale de su cabeza la catedral, en este caso de Aguascalientes, y luego un enjambre que se convierte en un océano. También aparece el pájaro campana que es de Paraguay, es una vasija que le está cayendo luz, para emular la canción de una limosnita.

El auditorio va a venir a inaugurarlo Berta Rojas, es una guitarrista paraguaya, que ahorita es la directora de la carrera de guitarra clásica en el Berklee College of Music en Boston, que es la universidad más importante de música en Estados Unidos, y vamos a tener el honor de tenerla aquí inaugurando este espacio.

En los salones también hay murales, creados por Pilar Ramos, que es una artista de Aguascalientes, que también captó muy bien la idea que teníamos. En la parte de arriba del edificio hay un lobby donde habrá tránsito; quiero que se vea que algo está pasando, gente caminando, y en los murales ves siluetas de niños, de personas mayores, porque eso es muy importante en Manos: empezamos a los 8 años la iniciación en la guitarra hasta un día antes de morirte (ríe) y lo captó muy bien Pilar. En el techo habrá un área para conciertos, un café y habrá murales, que próximamente se estarán haciendo.

L.E. Toda esta atmósfera la concebiste para compartir todo lo que has aprendido en tu trayectoria, ¿qué es lo que quieres transmitir?

S.V: Yo creo que lo más importante, y lo he hablado con los maestros que van a estar colaborando en Manos, es ¿qué somos los músicos?, somos transmisores de experiencias, de sentimientos. Yo creo que lo más importante es expresarte, entonces en este edificio me expresé yo y eso quiero también que logremos con nuestros alumnos, que ellos se expresen y encuentren su propia voz a través de la guitarra, que es un instrumento maravilloso, que como decía Segovia, “es como una pequeña orquesta”. Eso es lo que quiero, que aprendan a transmitir sus emociones, sentimientos, pensamientos, y por supuesto para algo positivo.

L.E. El hecho de que seas un músico reconocido, ¿le va a dar un plus a la formación de tus alumnos?

S.V: Es bonito de repente que lleguen los chavitos que te ven y dicen ¡wow! yo quiero hacer lo que tú haces, como yo lo hice cuando era niño. Yo me acuerdo la primera vez que escuché a The Beatles, dije ¡wow!, yo quiero hacer eso, o cuando vi a Angus Young, por primera vez tocar.

Desde muy chavito yo sabía perfectamente qué era lo que quería, entonces ahorita el regalo que me da la vida y la música de que alguien se te acerque con esa ilusión de que a través de ti pueda llegar a tocar. Mucha gente ha llegado y me ha dicho yo por ti empecé a tocar, híjole, qué responsabilidad.  Por eso un lugar así, es uno digno para aprender el instrumento.

L.E: ¿Por qué Aguascalientes?

S.V: De hecho me dicen: “-Oye, pero ¿por qué Aguascalientes?, este es mejor negocio en Guadalajara o México”, pero esto no es un negocio. Si quisiera hacer un negocio pondría un antro, pero amo Aguascalientes, es mi ciudad, aparte tener la oportunidad de hacerlo en un lugar como la Alameda, doblemente. Y qué mejor que hacerlo donde he hecho mi vida, aquí está mi familia, mis hermanos, mis hijos, aquí están mis raíces musicales realmente. Aunque nací en el D.F. y empecé allá a tocar un poco y a escuchar a The Beatles y tanta cosa, pero ya aquí en Aguascalientes fue donde empezó mi formación musical. Yo le debo mucho a Aguascalientes y creo que es un granito de arena; con una personita que diga gracias a Manos ahora soy un músico profesional o ahora me expreso como yo quería, ya me doy por bien pagado.

L.E: ¿Van a traer a guitarristas de la talla de Berta Rojas?

S.V: Eso es muy importante, Manos es propiamente una escuela de guitarra, pero vamos a complementarlo con “master class”, seminarios, guitarristas que vengan de otros países, de México, que toquen otros instrumentos. Ésa es una de las metas, traer músicos de diversos estilos e instrumentos.

L.E: ¿Cuántos alumnos van a atender?

S.V: No sabemos cuántos van a ser. Las inscripciones están abiertas, la capacidad son alrededor de 200 alumnos, pero lo más importante es que ya está la semilla… ahí está Manos y los invito a ver qué es lo que pasa.

L.E: ¿Por qué Manos?

S.V: Porque yo creo que son el instrumento más hermoso que tenemos, todo lo podemos hacer con las manos y no quise limitarme a ponerle algo que tuviera que ver solamente con la guitarra, o solamente con la música, sino que con las manos haces escultura, pintura, por eso no me quise limitar.

L.E: Y te está acompañando tu familia, que es algo muy importante…

S.V: Eso es algo que yo me siento muy afortunado, de tener una hermana y un hermano maravillosos, músicos también, entonces desde un principio cuando les dije la idea, pues también consonaron con ella y ahora son colaboradores totales. Fernando Vallín está encargado de la dirección artística y Rocío Vallín está encargada de la dirección administrativa… y son mis brazos derechos.

L.E: Finalmente, ¿qué quieres decirle a la gente?

S.V: Principalmente yo creo que la música es el medio más bonito para poder expresarte. Cuando cuando haces algo con amor, seguramente recibirás eso. Yo estoy haciendo este proyecto con mucho amor, y también en la vida es importante trabajar, no es fácil convertirte alguien profesional. Decía Edison: “99 por ciento transpiración, 1 por ciento inspiración”, así es que hay que trabajarle. Claro que es posible lograr los sueños y si existe ese gusanito que te dice quiero agarrar una guitarra y ver qué pasa, vale la pena hacerlo, porque seguramente se sorprenderán de lo que pueden llegar a ser cuando hay una buena dirección.

L.E: Y a los jóvenes, decirles que como te ven, tú también viste a los grandes…

S.V: Totalmente. Yo una vez fui niño y estuve frente a Steve Vai y decir: ¡yo quiero ser como él! Y ojalá que sirva de inspiración todo lo que está pasando. Soy afortunado de tener una carrera maravillosa, que es la música y con una banda increíble, durante ya 25 años, con ellos, pero antes con Wando. Llegué a tocar música mexicana en la Hacienda de la Noria, con la Banda Safari en bodas, bailes, creo que son unos 35 años tocando, tengo 46 y empecé como a los 10 11 con la música.

Por eso no le aflojen, hay que estudiarle. Lo más importante es que cuando tienes un sueño no lo pierdas de vista y que le trabajes, es muy bonito lograr cosas a través de tu trabajo.

Así termina la entrevista con este hidrocálido por adopción en Manos, Escuela de Guitarra, que cuenta con salones muy amplios para impartir la teoría, además de seis cubículos para las clases personalizadas, donde -como dice Sergio Vallín- “a cada rato se nos unirán los acordes del tren”.

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