Manelic Carrillo, un aficionado de la pesca deportiva, comparte cómo el haber crecido en Cancún le permitió desarrollar su gusto por esta actividad y otras relacionadas con el agua (como la natación, el velero y el buceo).
El deportista siempre ha practicado esta actividad, pero fue en Querétaro donde se percató que esta difería entre la de mar y la que se realiza en lagos y presas. Por este motivo, buscó ayuda para aprender y, desde ese momento, no ha dejado de realizarla.
“En Querétaro yo iba a pescar con mi conocimiento del mar y no pescaba nada. Un día le hablé a una persona para que me ayudara y él me llevó a la presa de Zimapán”, afirma Carrillo.
Su gusto por la pesca lo llevó a formar parte de la mesa directiva de la Asociación de Pescadores Deportivos. En virtud de su participación destacada, fue elegido como su presidente.
Manelic practica este deporte una vez a la semana en la presa de Zimapán. Señala que el regresar los peces a su hábitat después de capturarlos es lo que vuelve a la pesca un deporte sostenible.
“La pesca deportiva es la que llamamos de capturar y liberar. Yo voy y pesco todas las semanas, pero los regreso y eso le da una sustentabilidad al embalse. Si todos los que fuéramos nos lleváramos lo que pescamos, esa presa estaría sin vida», comparte el deportista.
Además, Carrillo es dueño de las barberías Uppercut; actualmente tiene una cadena de ocho establecimientos aquí en la ciudad capital y planes para expandirse a otros estados de la república.
Asimismo, el deportista afirma que su trabajo como empresario requiere de estar bajo presión. Por ello, la pesca es un momento en donde encuentra la paz y la tranquilidad que necesita para sus labores diarias.
“Yo trabajo con altas dosis de presión y estrés. Algo que me encanta de Tzibanza es que, al llegar, ya no hay señal de teléfono. La tranquilidad que me generan los paisajes, el entorno, la compañía de los que van conmigo y la actividad misma me recargan las pilas”, concluye Manelic.