México sigue siendo uno de los principales productores de maíz blanco a nivel mundial, con una producción de más de 27 millones de toneladas en 2023, a pesar de las severas condiciones climáticas que afectaron varias zonas del país.
Sin embargo, un tema que ha generado un intenso debate tanto a nivel nacional como internacional es el uso y la siembra del maíz transgénico en México. Este debate se ha intensificado tras las recientes reformas legales y políticas relacionadas con la biotecnología aplicada al maíz.
En este contexto, José de Jesús Luna Ruiz, investigador del Departamento de Ciencias Agronómicas del Centro de Ciencias Agropecuarias (CCA) de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), explica los aspectos clave del debate sobre el maíz transgénico y sus implicaciones en la biodiversidad, la salud y la economía del país.
¿Qué es el maíz transgénico y cuál es su impacto en México?
El maíz transgénico es un cultivo modificado genéticamente a través de la biotecnología para incorporar características que le permiten resistir herbicidas o plagas.
Los tipos más comunes de maíz transgénico en México incluyen aquellos diseñados para resistir el glifosato, un herbicida ampliamente utilizado, y aquellos con resistencia al gusano barrenador.
Según Luna Ruiz, los maíces transgénicos contienen fragmentos de ADN que no provienen del maíz tradicional, lo que genera tanto expectativas como temores.
“El maíz transgénico representa una tecnología avanzada que mejora algunas variedades de maíz para hacerlas más resistentes y productivas”, comenta el experto.
Sin embargo, también advierte sobre los posibles riesgos asociados con la introducción masiva de estos cultivos en México.
El contexto del debate: la prohibición del maíz transgénico en México
El maíz transgénico en México es un tema de debate principalmente a raíz de las políticas públicas adoptadas por el gobierno.
En marzo de 2025, el Congreso de la Unión aprobó una reforma constitucional que prohíbe el cultivo de maíz transgénico en el país.
Esta decisión se basa en la preocupación por proteger las razas de maíz nativo de la posible contaminación genética por parte de los cultivos transgénicos, que son predominantemente importados de Estados Unidos, el principal productor mundial de maíz transgénico.
Luna Ruiz apoya la medida, destacando que México es el centro de origen y domesticación del maíz, lo que le otorga una importancia cultural y biológica fundamental.
«El maíz nativo mexicano es una de las principales riquezas agrícolas del país, y es vital proteger su diversidad genética», afirma el investigador.
Riesgos ambientales y genéticos del maíz transgénico en México
Uno de los mayores riesgos del maíz transgénico en México es el posible cruce del polen de estos cultivos con las variedades nativas.
Esto podría alterar las características genéticas del maíz nativo, lo que afectaría tanto la producción agrícola como la biodiversidad del país.
Los maíces nativos, que se cultivan de manera tradicional en diversas regiones de México, representan un patrimonio genético invaluable para la agricultura y la alimentación del país.
Además, el uso de herbicidas en la siembra de maíz transgénico podría generar contaminación de los suelos, aguas y ecosistemas cercanos.
La resistencia al glifosato y otros químicos utilizados para controlar las plagas y maleza en los cultivos transgénicos podría tener consecuencias adversas tanto para el medio ambiente como para la salud humana, según los expertos.
Impacto económico del maíz transgénico en México: ¿Beneficio o Amenaza?
El impacto económico de la adopción del maíz transgénico en México es un tema complejo. Por un lado, la biotecnología aplicada al maíz promete mejorar los rendimientos agrícolas y reducir los costos asociados con el uso de pesticidas y herbicidas. Esto podría ser particularmente beneficioso para los grandes productores y la industria agroalimentaria.
Sin embargo, para los pequeños productores, especialmente aquellos que cultivan maíz nativo, el uso de maíz transgénico podría traer consigo problemas económicos derivados de la posible contaminación genética y las demandas por el uso no autorizado de genes patentados.
De hecho, la biotecnología del maíz transgénico está protegida por patentes, lo que podría dar lugar a demandas legales si los maíces nativos se cruzan accidentalmente con los transgénicos.
Entre la soberanía alimentaria y la innovación tecnológica
El debate sobre el maíz transgénico en México no parece tener una solución sencilla. Si bien la reforma constitucional de 2025 prohíbe su cultivo, el maíz transgénico sigue siendo una opción viable para muchos sectores agrícolas.
La clave estará en encontrar un equilibrio entre la protección del maíz nativo y los avances científicos que podrían beneficiar la producción agrícola del país.
Para Luna Ruiz, la clave estará en promover investigaciones científicas que ayuden a entender mejor los impactos a largo plazo de la biotecnología en la agricultura mexicana.
«Es crucial que la comunidad científica y los responsables de las políticas públicas trabajen juntos para garantizar que la tecnología se utilice de manera responsable, sin comprometer la biodiversidad ni la soberanía alimentaria de México», concluye el investigador.
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