Feminista es un término mal comprendido, dice Mabel Haro, no es ser agresiva ni atacar a los hombres. Ser feminista es luchar por la igualdad de género, política y culturalmente.
Becada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y el Programa de Estudios de Género de la UNAM, hizo su maestría y doctorado en Estudios de Género y de las Mujeres en la Universidad de Sevilla.
Fue elegida por el Congreso del Estado como consejera del Instituto Aguascalentense de las Mujeres y participó como coordinadora para el Adelanto Político de las Mujeres de la Comisión de Género del Senado de la República.
Actualmente, preside la Asociación Iberoamericana para el Desarrollo de la Igualdad de Género, A.C.
Líder Empresarial (LE): ¿Qué te motivó a especializarte en equidad de género?
Mabel Haro (MH): Soy egresada de la UAA, licenciada en Sociología y desde que estaba cursando la carrera, me interesé mucho en la perspectiva de género […] Quise continuar estudiando esto y me fui a buscar una maestría, también me aventé el doctorado en la Universidad de Sevilla.
Todos los conocimientos que obtienes fuera del país los quieres aplicar aquí y encontrar las mejores condiciones para que las mujeres podamos salir adelante. Así, surge la Asociación Iberoamericana para el Desarrollo de la Igualdad de Género en 2010 en Sevilla y yo me la traje aquí a Aguascalientes, es el proyecto que llevo desde 2012.
LE: ¿Cómo ha sido el trabajo en la asociación?
MH: Ha sido arduo. En Aguascalientes, hay muchas asociaciones civiles y fundaciones que van de la mano con gobierno, pero todavía hay desconsideración grande hacia el trabajo…
Los programas de la asociación son cuatro: arte y cultura, impulsa a las artistas a transgredir cánones artísticos y culturales para representar a las mujeres de formas diversas; educación en igualdad de género, hemos hecho desde campañas universitarias hasta acompañar a niños pequeños para una educación en corresponsabilidad para romper estereotipos machistas; empoderamiento político de las mujeres, […] capacitamos a quienes van a ser líderes y representantes políticos; y la prevención y atención a mujeres víctimas de violencia de género, contamos con especialistas en psicología y atención jurídica.
LE: ¿Por qué trabajar por la igualdad y no por la equidad?
MH: Van de la mano, aunque son ámbitos de estrategia y de acción diferentes. Trabajamos en construir igualdad en lo que existe, en las instituciones, en oportunidades para trabajar, para salir a las calles y no ser acosadas, para tener los mismos derechos civiles. La igualdad va en lo jurídico y político, la equidad se va a construir cuando simbólicamente tengamos el mismo valor; por ejemplo, que un discurso político no tenga un valor distinto porque lo está diciendo una mujer o un hombre, o al ingresar a un trabajo cuente más el currículum que tu sexo.
LE: Si pudieras hacer algo diferente en la política actual, ¿qué harías?
MH: Tener a representantes capacitados, gente profesional con estudios, experiencia, que no sean mujeres u hombres improvisados y estén comprometidos con las necesidades específicas de las mujeres; al trabajar por nosotras trabajan por el resto de la sociedad […] También, hace falta legislar y que los tratados internacionales sean respetados.
LE: ¿Qué palabra utiliza erróneamente la gente para describirte?
MH: Me describen desde lo erróneo: que soy una feminista, una mujer muy radical que ataca a los hombres o está pensando siempre mal de ellos. Pero, ser feminista es trabajar por la equidad, igualdad social, justicia.
LE: ¿Qué palabra utiliza correctamente la gente para describirte?
MH: Persistente, luchona, guerrera, honesta, sociable; que guarda mucho celo con sus amistades, las cuida, las protege y que también ha trabajado mucho por las mujeres de Aguascalientes.
LE: ¿Qué fue lo más importante que te enseñaron tus padres?
MH: No dejar nunca de perseguir mis metas, siempre estar trazándome un programa estratégico para estar detrás de mis sueños. Ni mi padre ni mi madre me limitaron en ser mujer, ni en mis comentarios, siempre me dieron libertad para ser como soy, tomar mis propias decisiones. Eso me ha permitido llegar, con errores y tropiezos, hasta donde estoy ahora.
LE: ¿Cuál ha sido el mejor consejo que te han dado?
MH: Nunca callarme lo que siento y pienso.
LE: ¿Cuáles han sido esos errores que has dejado de cometer?
MH: No planificar bien algunos proyectos, la falta de claridad y aventarme a hacer las cosas sin tener la totalidad de la información; pero creo que si no te arriesgas, no tienes el error y eso es crecimiento.
LE: ¿Quién es tu mejor amiga?
MH: Mi madre, la señora Juana María Peralta. Es mi modelo de vida y en quien confío plenamente.
LE: ¿Cuáles son tus actividades favoritas?
MH: Disfruto mucho escribir, es terapéutico; tengo algunas columnas en periódicos. Disfruto de la lectura y me gusta también el deporte.
LE: ¿Algún libro favorito?
MH: Sí, es un libro de Matilda Asensi […] Su libro Matanza en Sevilla es una historia de cómo una mujer tuvo que vestirse de hombre para viajar a América, ser libre y conocer el mundo.
LE: ¿Tienes una canción favorita?
MH: Sí, Minerva de Deftones.
LE: Si pudieras decirle algo a una mujer mexicana que jamás vas a conocer, ¿qué le dirías?
MH: Le diría que el futuro del resto de las mujeres mexicanas está en ella. Va a estar marcada por una gran desigualdad y discriminación constante, […pero] no debe darse por vencida […] Va a dejar un legado no únicamente a sus hijos, sino al resto de las mujeres y la humanidad.
LE: ¿Cómo definirías el éxito?
MH: Simplemente es mirar tu trayectoria de vida, los años que tengas y estar satisfecho. Tener una sonrisa cuando te mires al espejo, ese es el éxito.