El 8 de mayo se celebra el Día Internacional de La Cruz Roja, el cual tiene como propósito visibilizar y sobre todo reconocer la solidaria labor que ejercen los voluntarios de los cuerpos de la Cruz Roja, la cual fue fundada con la finalidad de brindar ayuda y auxilio a las comunidades más vulnerables de la sociedad, y a quien sea que lo necesite.
Esta red comunitaria surgió a raíz de un libro publicado por el suizo Henry Dunant, en el cual relata su experiencia al socorrer a heridos de la guerra en Solferino, a donde acudió con población de lugares aledaños a socorrer a los heridos, que se estimaban en unos 40 mil. Más tarde fundaría el movimiento y la red en 1863.
En México, la Cruz Roja llegó gracias a Luz Elena González Cosío de López, nacida en el estado de Zacatecas, gracias a su esfuerzo y una noble voluntad de ayudar a los demás. Luz Elena nació en 1869 dentro de una familia con una posición social y económica alta. En 1885 se graduó de maestra. Se casó con el doctor Fernando López y Sánchez Román, y es de él de quien proviene la curiosidad y la animosidad de la zacatecana para con la Cruz Roja, puesto que su marido participó como voluntario en París y a raíz de una investigación sobre los servicios de salud que realizó su esposo por petición de la Cruz Roja española, Luz se decidió a fundar la Cruz Roja Mexicana.
En 1909 tuvo su primera auditoría con el presidente, Porfirio Díaz, y más tarde, la Cruz Roja Mexicana es reconocida y empieza a operar oficialmente en 1910 para apoyar a heridos y enfermos del ejército en campaña. Luz y su marido, junto con un grupo de damas, constituyeron la primera brigada de auxilio con el nombre de Cruz Roja Mexicana. Y desde entonces la red colectiva ha seguido operando hasta el día de hoy. Actualmente se han visto envueltos en apoyos ante la crisis sanitaria causada por la pandemia. Más que un reconocimiento, merecen un agradecimiento por el simple acto de voluntad.
