Si hay algo que se impregnó en Luis Armando Delgado Benítez, más allá de la experiencia y satisfacción personal de haber trabajado por más de 14 años en dos empresas de clase mundial (Xerox y American Standard), es el interés genuino de velar por la gente.
Esa vocación de procurar al prójimo fue germinando con el paso del tiempo y todavía se manifiesta con vigor aún cuando Luis Armando migró de estas compañías para emprender su propio camino a través de la creación de empresas dedicadas a la comercialización de juguetería, cosméticos y bisutería.
“Algo que me enseñaron estos dos corporativos fue asumir una labor altruista hacia las personas y nuestro entorno; desarrollé una parte muy sensible y humana que hace interesarme por las necesidades de la gente y sobre todo, de las clases más desprotegidas”, señala.
Con una visión inclusiva, por “grupos desprotegidos” Luis Armando no se refiere únicamente a las personas de escasos recursos, sino que abarca a las mujeres que sufren disparidad de género; niños y jóvenes en situación de calle; migrantes; adultos mayores; personas con discapacidad. Grupos vulnerables que él considera han sido relegados al ostracismo por la política actual.
Oriundo de Aguascalientes, el camino vital y empresarial que ha tomado Luis Armando Delgado Benítez le ha permitido tomar el pulso de la sociedad hidrocálida. El empresario ha tenido la oportunidad de colaborar estrechamente con cámaras empresariales como la CANACO y el CCEA, lo que ha facilitado conocer las inquietudes de la iniciativa privada.
Asimismo, sus vínculos pasados con asociaciones civiles y políticas han contribuido a identificar las necesidades de los ciudadanos de la tierra en la que ha vivido por más de 50 años, asegura Luis Armando.
Luis Armando Delgado Benítez señala que sus raíces provienen del Aguascalientes que se hizo acreedor del mote “Tierra de la gente buena”, familias de clase media trabajadoras, honestas y comprometidas por el bien común, distintivos que considera se están extraviando en la entidad en parte por gobiernos en sus tres órdenes que no han podido dotar de certidumbre a las familias hidrocálidas y resolver los problemas que les aquejan.
“Lo que realmente nos llega a los aguascalentenses es manejarnos con honestidad. Es importante que la sociedad despierte y no se quede de brazos cruzados, debemos movernos para generar las oportunidades que los ciudadanos podemos ejercer”, pronuncia.
Luis Armando Delgado Benítez expresa que las autoridades deben estructurar sus estrategias de gobierno, orientar acciones y establecer programas de contingencia operables y factibles dirigidos los sectores más desfavorecidos para contrarrestar los efectos de la pandemia.
El empresario detalla que estos proyectos deben poder conceptualizarse desde su base, ser diseñados, implementados y, sobre todo, estar sujetos al escrutinio de los ciudadanos, usuarios finales de las acciones del Gobierno. Señala que estas iniciativas deben conjuntar un grupo rico en perfiles que conjunten a los líderes sociales que den voz a las inquietudes de la población.
“Cuando uno es líder y considera diferentes factores y personalidades, con experiencia sobre lo que se necesita para engendrar el proyecto planteado, los resultados van a ser contundentes y sobre todo habrá un mayor involucramiento, en este caso de la sociedad”, explica.
Un tipo de liderazgo que Luis Armando Delgado Benítez considera que él mismo representa y del que adolece actualmente Aguascalientes, cuna hace un tiempo no muy lejano de actores sociales destacados a nivel local y nacional.
“Un líder honesto, que lucha por las clases desprotegidas porque cuando asumes el compromiso, debemos pugnar por los desfavorecidos a través de proyectos tangibles e inmediatos”, asevera.
“Me considero un líder auténtico como ciudadano, el cual nos da el valor de salir a la calle y ver de frente a las personas. Un líder que genera confianza, honesto, responsable, comprometido y congruente entre mis palabras y acciones a través de los resultados que doy”, finaliza Armando Benítez.