Cuenta la historia que las primeras comunidades cristianas se congregaban en sitios llamados lucernarios. Ahí, encendían veladoras en vísperas para conservar la luz durante las noches que hacían oración.
En la actualidad, el lugar que rescata este nombre (localizado en la Alameda) es donde muchos han celebrado graduaciones, bodas, XV años y un sinfín de eventos; sin embargo, este recinto no se limita a eso, pues nace como la primera fase de un centro cultural en el que la expresión artística es lo más importante.
Lugar de luz
Lucernario se edificó con la idea de “ser un espacio en donde te sientas como en casa, puedas expresar y compartir tu luz con los demás”, es decir, donde las personas comparten momentos, sueños y vivencias especiales: “Aguascalientes es una entidad maravillosa. Lucernario es un granito de arena en el crecimiento de esta entrañable ciudad”.
De acuerdo con fuentes cercanas al proyecto, la finca data de finales del siglo XVIII y aunque la mayor parte de la construcción es nueva, aún conserva algunos muros y espacios de su primera época, los cuales fueron restaurados a ocho años de haber sido adquirida por su actual dueño. Fue estratégicamente diseñada para adecuarse a todo tipo de eventos.
Al entrar a Lucernario, lo primero que se encontrará es el salón principal, cuya propuesta arquitectónica mezcla historia y vanguardia. Aquí, entre muros de matacán, cemento pulido y cristal, sobresale el imponente mural del artista cubano Waldo Saavedra, una obra de 16 metros de longitud que se extiende desde el zueco de una de las paredes hasta el techo. Tiene capacidad para 300 personas aproximadamente.
“Aguascalientes es una entidad maravillosa. Lucernario es un granito de arena en el crecimiento de esta entrañable ciudad”.
A un lado de este sitio, a través de los cristales, se puede observar el jardín, amurallado por una barda gigantesca que es sostenida por contrafuertes de piedra. Hay una zona independiente con una gran barra. Está acondicionado para 250 invitados más.
En la parte superior del salón, se ubica la mágica terraza con vista a la Alameda y al estadio Victoria. Cuenta con un techo de cristal templado y acero oxidado, el cual simula una vía de ferrocarril invertida. Esta área aún se encuentra en fase de desarrollo, pero puede usarse en los eventos. Tiene capacidad para un máximo de 100 personas.
A estos espacios se sumará una escuela de guitarra que ya está en construcción.
Con cimientos sólidos, Lucernario pretende consolidarse como uno de los centros de promoción cultural más reconocidos del estado.