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Los temidos millennials

El tema de inserción de los millennials en las organizaciones ha puesto de cabeza el statu quo de la gestión del talento.

Esta generación comprende a los nacidos entre 1981 y 1995, jóvenes entre 20 y 35 años que se hicieron adultos con el cambio de milenio. Actualmente, 30 por ciento de la población latinoamericana son millennials y según una proyección de la consultora Deloitte, representarán 75 por ciento de la fuerza laboral del mundo en 2025.

De acuerdo con Forbes (Gutiérrez-Rubí, A. “6 rasgos clave de los millennials, los nuevos consumidores”), estas son algunas de sus características:

  1. Casi todas sus relaciones están intermediadas por una pantalla. Para ellos, realidad y virtualidad son dos caras de la misma moneda. Prefieren navegar por internet a ver la TV convencional: 59 por ciento ve películas por internet y 46 por ciento, televisión, también a través de internet, un porcentaje sensiblemente más alto que en otros grupos de edad.
  2. Tienen la capacidad de hacer varias cosas a la vez; para ello, utilizan múltiples canales y dispositivos digitales.
  3. Nomófobos y appdictos. Son adictos al celular, sienten la necesidad de siempre contar con conectividad y 45 por ciento admite que no podría estar un solo día sin su smartphone.
  4. Son extremadamente sociales, 88 por ciento de los millennials latinoamericanos tienen perfiles en redes sociales, las cuales no son solo un medio de comunicación, sino una parte vital de su vida social. Consultar, compartir y comentar en las redes sociales es la principal actividad que realizan a través de sus teléfonos inteligentes.
  5. Críticos y exigentes. Expresan abiertamente sus desacuerdos y exigen que se les aclaren las circunstancias.
  6. Exigen personalización y nuevos valores. No buscan exclusivamente una buena atención, exigen personalización y esperan que la empresa se adecúe a sus preferencias. Son autosuficientes, autónomos y quieren sentirse protagonistas. Valoran la participación, la colaboración. Piden nuevos valores como la transparencia, la sostenibilidad y el compromiso social.

En un entorno laboral tradicional, a estos jóvenes profesionistas se les percibe como flojos, distraídos, irresponsables, inconstantes, carentes de motivación y seriedad.

Pero los millennials “no conocieron límites mientras transitaban a la edad adulta, no conocieron los tabús de la sexualidad ni la homofobia, ni las reglas rígidas, es por eso que la estructura, los horarios, las reglas y las imposiciones que conlleva la vida adulta y el mundo productivo usualmente es frustrante e irracional desde su punto de vista” (Becerra Piquinotti, C. “Características de la generación millennials” en Stratega Business Magazine).

Por esta razón, su gran motivación en el mundo laboral es el aprendizaje, los retos, una retroalimentación constante y positiva. Ellos, más que tener un premio por el resultado, buscan el reconocimiento al progreso. Se sienten satisfechos cuando participan, aportan y son parte de una comunidad que crece.

Muchas de estas condiciones distan de la realidad. Los entornos de trabajo están estáticos: tienen planes de carrera que nunca se cumplen, controlan la asistencia y puntualidad por medio de un reloj checador, aplican medidas disciplinarias a través de actas administrativas, restringen el uso de celulares y redes sociales… Todos estos recursos no tienen un efecto positivo en esta generación. He ahí la razón por la cual es tan temida.

Si las organizaciones quieren incorporar a sus filas exitosamente a los millennials, requieren de un cambio radical en su forma de gestionar el talento. Deben erradicar los viejos paradigmas y abrirse al dinamismo pragmático-social de los nuevos profesionistas.

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