De acuerdo a los datos del CONEVAL, un tercio de la población (33.2%) en Aguascalientes no es pobre ni vulnerable. En seis años, esta cifra se ha elevado en más de 100 mil habitantes, pasando de las 330 mil personas (27.6%) que había en este segmento en 2010, a las 434 mil 800 en 2016.
Además, se redujo el número de personas en situación de pobreza. De 2010 a 2016, esta población decreció de un 38.1% (456 mil personas) a un 28.2% (369 mil).
Si bien para 2016 se contabilizó un 2.3% de la población (30 mil personas) en situación de pobreza extrema -un descenso reseñable en comparación del 3.8% que había en 2010-, sí se registró un incremento respecto al 2014, cuando la cantidad de personas en esta situación era del 2.1% (26 mil individuos).
El indicador de privación social mide la población con al menos una carencia en cualquiera de los siguientes rubros: por acceso a los servicios de salud; por acceso a la seguridad social; por calidad y espacios en la vivienda; por acceso a los servicios básicos en la vivienda y por acceso a la alimentación. También mide el rezago educativo. En todos ellos, en relación a las cifras registradas en 2010, se mostró un descenso.
Retos para la actual administración
-Con base en los avances obtenidos por los programas de la administración anterior 2010-2016, la actual gestión (2017-2022) debe apostar de manera clara a mejorar el rezagado ingreso de los hogares, amén del rendimiento importante que ofrece atender las líneas de atraso educativo, carencias por servicios de salud o de seguridad social, así como en calidad de espacios en la vivienda, ya que representan una población objetivo de cerca de un millón de beneficiarios
-Los renglones a cubrir,más que requerir sumas importantes de financiamiento presupuestal, requieren establecer alianzas y acuerdos con el sector social y el económico para compartir la prospectiva (o sea los escenarios futuros posibles y los deseados) y potenciar los programas y multiplicar sus beneficios.
-Aguascalientes podrá alcanzar mejores niveles de bienestar, incrementando paulatinamente su ingreso, y otros satisfactores, hasta lograr obtener lo que nuestros recursos humanos están demandando para mejorar su balance afectivo (su relación vida – trabajo y propiamente su felicidad).
-En materia de pobreza extrema, hubo un incremento en 2016 en relación a 2014. Se tiene que duplicar el paso de la administración anterior para solucionar el reto de alcanzar la “pobreza extrema cero”. La administración anterior sacó en sus seis años de gestión a 15 mil personas de estas condiciones; mejorar la plana, al punto de abatirla, implica solventar las condiciones de 30 mil de ellos.
– Dados los supuestos iniciales, las carencias por calidad y espacios de la vivienda exigen redoblar los esfuerzos ya que de 2014 a 2016 aumentaron los números en un 70% . Aún atendiendo al doble de la administración anterior, apenas se lograrían alcanzar los datos del año 2014.
–Pese a que no se presentaban grandes carencias por acceso a la alimentación, el nuevo informe muestra que el número de personas en esta situación disminuyó de forma importante. Habrá que duplicar el paso para reducir esta población por debajo de los 200 mil carenciados alimentarios.
-De 2010 a 2016 se redujo la población con ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo, pasando de 52 mil 600 personas a 125 mil 300. Si la misión es solventar estos requerimientos, habrá que duplicar el paso para reducir en más de 100 mil personas la población que se encuentra en esta situación.
La actual administración tendrá resultados positivos en todos los renglones evaluados por el CONEVAL en las próximas mediciones si cuenta con los programas pertinentes para propiciar el fortalecimiento de los grupos y personas en condición de vulnerabilidad, apostando por facilitarles vías de desarrollo, plataformas de despegue, y no reservaciones para el estancamiento.